En un contexto donde oficinas y hospitality convergen en la búsqueda de espacios más versátiles, eficientes y centrados en la experiencia del usuario, la infraestructura asociada a la movilidad eléctrica cobra protagonismo. La instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos, tradicionalmente limitada a ámbitos residenciales o públicos, empieza a ser vista como un servicio necesario tanto para empleados como para clientes, integrándose en las estrategias de sostenibilidad de muchos activos.
Esta visión fue la que compartió Adrien Castagnié, director de ChargeGuru Iberia, durante el desayuno editorial “Oficinas & Hospitality: nuevas formas de viajar y trabajar”, organizado por Observatorio Inmobiliario. A través de su experiencia como proveedor y gestor de soluciones de recarga, Castagnié subrayó el papel que estos sistemas pueden desempeñar en la valorización de edificios, así como su impacto en la obtención de certificaciones medioambientales y en la mejora de la experiencia del usuario.
La recarga eléctrica como nuevo valor añadido
Durante su intervención, Castagnié incidió en la oportunidad que representan los aparcamientos para la integración de servicios ligados a la movilidad eléctrica. “Si bien el parking es el espacio menos atractivo de un edificio, donde pasamos menos tiempo, el planteamiento de soluciones como son los puntos de recarga para vehículos eléctricos puede valorizar el inmueble”, afirmó.
Según datos mencionados por el propio Castagnié, el 70% de los vehículos se estacionan habitualmente en la vía pública porque sus propietarios no disponen de una plaza de garaje privada. En este contexto, los edificios de oficinas y los hoteles pueden ofrecer un servicio diferencial al integrar soluciones de recarga, alineándose con nuevas formas de movilidad y respondiendo a las demandas tanto de usuarios como de flotas corporativas.
ChargeGuru está expandiendo en España el modelo que ya ha implantado en Francia, donde gestiona puntos de recarga en más de 700 edificios de oficinas, equivalentes a unos 100.000 puestos de aparcamiento electrificados. En el mercado español, la compañía trabaja con propietarios, operadores y usuarios finales para ofrecer soluciones integradas, incluyendo diseño, financiación y mantenimiento del sistema.
Infraestructura financiada y orientada a planes ESG
ChargeGuru actúa como propietario y gestor de estas infraestructuras en diversos tipos de activos, incluyendo oficinas, hoteles y edificios residenciales. Castagnié explicó que la compañía no solo se encarga del diseño y la instalación, sino también de la financiación, lo que facilita a los propietarios la adopción de estos sistemas sin comprometer sus inversiones iniciales.
“Las empresas que nos llaman ya tienen un plan de sostenibilidad o son propietarios de activos que quieren tener una calificación medioambiental”, señaló Castagnié. En este sentido, la incorporación de puntos de recarga puede contribuir a la obtención de certificaciones como BREEAM o LEED, además de responder a normativas locales que avanzan hacia una electrificación progresiva del parque móvil.
En Madrid hay varios casos que lo ejemplifican, como el edificio Merrimack, promovido por Monstock y gestionado por LaSalle, que obtuvo la certificación LEED Gold en 2024 tras dotarse con cargadores en un 10% de sus plazas. También el complejo Río 55, impulsado por Grupo Insur en la capital, logró la certificación BREEAM Very Good incorporando esta infraestructura. La socimi Árima, especializada en oficinas prime, ha aplicado una estrategia similar en edificios como Cristalia, donde el 15% de las plazas están ya electrificadas.
Movilidad eléctrica en oficinas: fidelización y bienestar
El despliegue de estas infraestructuras responde también a un cambio más amplio en la manera en que se conciben los espacios de trabajo. La transición hacia entornos híbridos, donde se combinan funciones laborales, residenciales y de ocio, ha hecho que los activos deban ofrecer una gama más diversa de servicios.
Castagnié subrayó que la recarga eléctrica ya no es una simple comodidad, sino un factor que puede influir en la elección de un lugar de trabajo. Esto responde a las necesidades de empleados que se desplazan en vehículos eléctricos o de flotas sostenibles. En este sentido, los datos de CBRE indican que el 63% de los cargadores en oficinas son gratuitos para los empleados, como parte de las políticas de sostenibilidad y bienestar laboral.
Desde la perspectiva del propietario, disponer de cargadores mejora la relación con los inquilinos, reduce la rotación y facilita la renovación de contratos. CBRE y Eranovum coinciden en que esta infraestructura contribuye al “employer branding” y refuerza el compromiso ambiental de las empresas.
Hospitality: diferenciación y fidelización en el viaje
En el sector hotelero, el impacto de la recarga se orienta principalmente a la experiencia del cliente. Castagnié remarcó que contar con esta infraestructura puede inclinar la decisión de reserva. Según datos de Electromaps, en junio de 2025 un 62% de los conductores de vehículos eléctricos consultan si un hotel dispone de cargador antes de reservar. No obstante, cerca del 90% de los establecimientos en España aún no ofrecen este servicio.
ChargeGuru colabora con cadenas hoteleras en la implementación de soluciones adaptadas, como en el caso de Paradores de Turismo de España. En 2023, la cadena instaló 294 puntos de recarga en 88 establecimientos, multiplicando por siete su red anterior, con una inversión de 4,2 millones de euros. El objetivo forma parte de su estrategia de descarbonización, en línea con el dato de que más del 75% de las emisiones del turismo están vinculadas al transporte. Gracias a esta medida, Paradores estimó que esta actuación permitiría evitar la emisión de más de 1.000 toneladas de CO₂ al año, al facilitar la movilidad eléctrica entre sus clientes.
Una herramienta alineada con la regulación y las certificaciones
Además de su valor operativo, la infraestructura de recarga es clave para alcanzar certificaciones medioambientales. BREEAM y LEED contemplan la instalación de cargadores como medida puntuable. Por ejemplo, LEED exige que el 5% de las plazas estén reservadas a vehículos de bajas emisiones y al menos un 2% cuente con cargadores operativos.
Desde la entrada en vigor del Real Decreto 450/2022 y del Real Decreto-ley 29/2021, se exige dotar a los nuevos edificios no residenciales con canalizaciones para el 20% de las plazas y un cargador por cada 40. En edificios de la Administración, el umbral es de uno por cada 20 plazas. Esta normativa ha acelerado la integración de puntos de recarga desde la fase de diseño, con el objetivo de cumplir tanto con la legislación como con los planes ESG de propietarios e inquilinos.
Más allá del cumplimiento normativo: una ventaja competitiva
La movilidad eléctrica también se expande a centros comerciales, espacios de coworking y edificios mixtos, como parte de las estrategias de responsabilidad social corporativa (RSC) y reducción de emisiones de alcance 3. Facilitar la carga en el lugar de trabajo o de consumo refuerza el compromiso ambiental de las empresas y mejora su posicionamiento reputacional.
Además, las ayudas públicas, como las del Plan MOVES III aún vigentes en muchas comunidades autónomas, cubren entre un 30% y un 40% de los costes de instalación, lo que incentiva aún más su adopción.

La intervención de Adrien Castagnié en el desayuno editorial “Oficinas & Hospitality: nuevas formas de viajar y trabajar”, dejó claro que la movilidad eléctrica ya no es una tendencia incipiente, sino un elemento estratégico en la transformación de oficinas y hoteles. Más allá del cumplimiento normativo, los puntos de recarga se consolidan como una herramienta de competitividad, fidelización y valorización para los propietarios de inmuebles terciarios. En este escenario, el modelo integral de ChargeGuru, que combina financiación, instalación y gestión operativa, se presenta como una respuesta concreta a las nuevas necesidades de los activos.