oficinas y hospitality

"El confort físico en oficinas y hospitality ya no es un extra, es una necesidad"

María Encabo - Periodista |
"El confort físico en oficinas y hospitality ya no es un extra, es una necesidad"
Lidón Castellanos, arquitecta del departamento de prescripción de Kömmerling.

Cuando hablamos de la transformación de los espacios de trabajo y alojamiento, solemos pensar en conectividad, servicios o estética. Sin embargo, hay un componente cada vez más decisivo que muchas veces pasa desapercibido: el confort físico. ¿Cómo se garantiza el bienestar térmico, acústico y ambiental de un espacio que debe ser flexible, híbrido y energéticamente eficiente? ¿Qué papel desempeñan elementos como las ventanas en la salud de los ocupantes?

Estas fueron algunas de las cuestiones abordadas por Lidón Castellanos, arquitecta del departamento de prescripción de Kömmerling, durante el desayuno editorial “Oficinas & Hospitality: nuevas formas de viajar y trabajar”, organizado por Observatorio Inmobiliario. Su intervención articuló una reflexión técnica y normativa sobre el bienestar ambiental como nuevo estándar en los espacios flexibles, conectando eficiencia energética, diseño saludable y responsabilidad ambiental.



El confort físico como nuevo estándar en espacios flexibles y turísticos

Castellanos señaló que el confort ya no puede entenderse como un extra, sino como una necesidad física asociada al uso del edificio. Esto resulta especialmente relevante en modelos híbridos como el coliving, el flex living o los hoteles que integran zonas de trabajo. En estos entornos, la calidad del aire, la temperatura o el aislamiento acústico tienen un impacto directo en la percepción del espacio.

La creciente exigencia de bienestar por parte de los ocupantes es lo que ha convertido el confort en un criterio esencial para el diseño y la gestión de oficinas flexibles y alojamientos turísticos. Ya no se trata solo de ofrecer wifi o amenities, sino de garantizar condiciones interiores óptimas que favorezcan la concentración, el descanso y la productividad. Según CBRE, la oferta de espacios flexibles en Madrid y Barcelona creció un 9% interanual durante el último trimestre de 2024, con niveles de ocupación por encima del 80% a escala nacional, en parte gracias a la prioridad que se da al aislamiento térmico y acústico, la luz natural y la flexibilidad espacial.

De hecho, al cierre del primer trimestre de 2025, el mercado de oficinas flexibles en España experimentó un aumento del 8,5% en el número de puestos contratados respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando un total de más de 6.120, según datos de la consultora recopilados a partir de la información facilitada por los operadores del sector. Madrid y Barcelona concentran la mayor parte de esta actividad, con 5.270 puestos transaccionados, aunque las ciudades regionales muestran un dinamismo creciente, tanto en contratación como en niveles de ocupación.

En el ámbito hotelero, esta demanda también gana peso. Según datos del INE, la ocupación hotelera en el primer trimestre de 2025 alcanzó el 62%, con una facturación media por habitación disponible de 112,5 euros, lo que representa un 4,8% más que en el mismo periodo del año anterior. Este incremento se da en un contexto en el que los hoteles están apostando por ofrecer habitaciones silenciosas, climatizadas y adaptadas a usos mixtos.

Castellanos subrayó además la relevancia de la normativa técnica. Documentos como el DB-HE (Ahorro de energía) y el DB-HR (Protección frente al ruido) del Código Técnico de la Edificación establecen requisitos concretos sobre transmitancia térmica y aislamiento acústico, con los que deben cumplir todos los edificios nuevos y los rehabilitados. También el RITE define los rangos de temperatura de confort, alineados con las recomendaciones de la OMS (21 ºC en invierno y 23 ºC en verano).

Estas condiciones no solo responden a exigencias normativas, sino que influyen directamente en la productividad y en la fidelización del cliente. De hecho, una encuesta de Hotels.com revela que la limpieza y el confort de la habitación son 36 veces más valorados por los huéspedes que amenities lujosas como una piscina, y que el 24% de las quejas están relacionadas con la temperatura del cuarto, ya sea por exceso de frío o calor, lo que subraya la prioridad que los usuarios otorgan a la comodidad básica frente a extras.

Un entorno confortable mejora la concentración, reduce el estrés y eleva la satisfacción, lo que se traduce en mejores resultados operativos y en una ventaja competitiva tangible para operadores y promotores.


La envolvente eficiente: sostenibilidad y rentabilidad a medio plazo

Desde su experiencia en Kömmerling, Castellanos incidió en el papel clave que desempeña la envolvente del edificio, y especialmente las carpinterías, en la eficiencia energética. Según afirmó, “una ventana eficiente puede reducir hasta un 70% las pérdidas energéticas”, lo que se traduce en una mejora sustancial del comportamiento térmico y acústico del inmueble.

Una envolvente térmica deficiente provoca pérdidas de calor en invierno y de frío en verano, incrementando los costes operativos. En cambio, una envolvente bien aislada reduce ese desperdicio energético, mejora la clasificación del inmueble y aumenta su rentabilidad. Se estima que hasta un 40% de las pérdidas energéticas de un edificio se producen a través de la envolvente, y cerca del 13-15% solo por las ventanas. De ahí la importancia de contar con cerramientos de altas prestaciones, con rotura de puente térmico, doble acristalamiento y un diseño hermético.

Castellanos señaló que “el impacto de invertir en una buena ventana no es solo energético, sino también económico”, ya que mejora el confort, reduce el uso de climatización y aumenta el valor del activo. En oficinas, una renovación de fachada con carpinterías eficientes puede reducir el consumo energético entre un 50% y un 70%. En hoteles, incluso, en algunos casos se ha detectado que el ahorro puede llegar hasta el 90% si se acomete una rehabilitación térmica integral.

Aunque estas soluciones implican un coste inicial mayor, el Ministerio para la Transición Ecológica confirma que las intervenciones energéticas en hoteles y oficinas se amortizan en menos de diez años, y en muchos casos antes. Por ejemplo, la Fundación Gas Natural Fenosa calculó que mejorar la envolvente en un 40% del parque de oficinas y hoteles reduciría un 10,2% del consumo energético en oficinas y un 22,1% en hoteles.

Lidón Castellanos junto a Jesús Mora, de Zennio Spain, y Chema González, de Alterhome, durante el desayuno editorial.
Lidón Castellanos junto a Jesús Mora, de Zennio Spain, y Chema González, de Alterhome, durante el desayuno editorial.

Además, una envolvente de alto rendimiento permite acceder a certificaciones como LEED, BREEAM o WELL. Estas reconocen la eficiencia energética y el confort ambiental, dos aspectos clave para atraer usuarios e inversores. La certificación WELL, centrada en la salud y el bienestar, valora especialmente la temperatura, el ruido y la calidad del aire, parámetros en los que la envolvente juega un papel determinante.

En este sentido, Castellanos recordó que “cada vez más clientes nos piden soluciones de carpintería que no solo cumplan con la normativa, sino que les ayuden a conseguir certificaciones”. Estas decisiones de diseño tienen un retorno claro tanto en consumo como en valor de mercado.

Un ejemplo tangible de esta visión técnica es el Edificio Zero, la sede corporativa de Kömmerling en Camarma de Esteruelas (Madrid). Concebido a partir del concurso “Reto Kömmerling” en 2017 y construido entre 2019 y 2022, este edificio ha obtenido las certificaciones Passivhaus Plus, BREEAM Muy Bueno y VERDE Tres Hojas. Su envolvente, equipada con carpinterías de PVC de altas prestaciones y soluciones herméticas, permite cumplir los exigentes estándares de confort térmico y acústico descritos por Castellanos y demuestra cómo la compañía materializa en la práctica los conceptos de rentabilidad y salubridad integrados en el diseño.


Ventanas y ventilación natural: calidad del aire como factor de salud

La intervención de Castellanos también abordó un aspecto que ha cobrado fuerza tras la pandemia de COVID-19: la ventilación natural. La arquitecta destacó que las ventanas no solo deben ofrecer aislamiento, sino también facilitar la renovación del aire interior, un elemento clave para la salud y el confort en espacios compartidos.

La OMS recomendó durante la pandemia ventilar los espacios cerrados como medida esencial para reducir la transmisión del virus. En línea con estas directrices, el Gobierno español estableció en 2020 que la renovación del aire era el parámetro más importante para frenar contagios en interiores, fijando un caudal mínimo de 12,5 litros/segundo por ocupante, según el RITE.

Castellanos apuntó que “una carpintería eficiente también debe permitir una apertura sencilla y controlada”, lo que permite combinar hermeticidad con ventilación saludable. En oficinas modernas herméticas o en hoteles con gran rotación de usuarios, la posibilidad de abrir ventanas —aunque sea parcialmente— se convierte en una estrategia de confort y salubridad.

En este contexto, cobran relevancia soluciones como las ventanas oscilo-batientes de última generación, que permiten microventilación sin grandes pérdidas térmicas. Algunas incluyen sistemas de apertura graduada o rejillas de ventilación regulada (trickle vents) integradas en el marco, que garantizan un flujo constante de aire incluso con la ventana cerrada, cumpliendo con el DB-HS del CTE.

Estas están siendo muy demandadas en coworkings, oficinas flexibles o apartamentos turísticos que buscan aprovechar el clima benigno para reducir el uso de climatización artificial. También se aplica la estrategia de “free cooling”: abrir ventanas en horario nocturno para refrescar el edificio y disminuir el uso de aire acondicionado al día siguiente.

Castellanos insistió en que “las ventanas ya no son un elemento pasivo, sino una herramienta activa de salubridad”, y recordó que el aire interior puede estar hasta 10 veces más contaminado que el exterior en espacios mal ventilados, según estudios citados por la OMS. Esta realidad se vincula con el llamado Síndrome del Edificio Enfermo, definido ya en 1982, y que sigue siendo una preocupación actual.

Por eso, además del confort térmico y acústico, la ventilación se ha convertido en un tercer pilar del diseño saludable. Y el reto técnico, como señaló Castellanos, es “combinar ese aire limpio con eficiencia energética, sin que se dispare el consumo”.

Mesa de debate del desayuno editorial sobre oficinas y hospitality organizado por observatorio inmobiliario.
Mesa de debate del desayuno editorial sobre oficinas y hospitality organizado por observatorio inmobiliario.

La intervención de Lidón Castellanos durante el desayuno editorial sobre oficinas y hospitality dejó claro que el confort ambiental, la eficiencia energética y la salubridad interior están hoy en el centro de la arquitectura técnica. Tanto la envolvente como los sistemas de ventilación inciden directamente en el bienestar de los ocupantes y en la rentabilidad del activo.

En un contexto donde los activos terciarios compiten por atraer y fidelizar a usuarios cada vez más exigentes, las ventanas, y los sistemas de carpintería que las hacen posibles, se posicionan como elementos estratégicos. No solo aíslan: también ventilan, mejoran el bienestar interior, reducen el gasto energético y suman puntos en certificaciones verdes.