A finales de enero, un grupo de inversores se reunió en Madrid en un Desayuno Editorial organizado por Iberian Property, que contó con el apoyo de Clifford Chance, para debatir sobre las alternativas de cotización de los REITS españoles.
Cuando una socimi está respaldada por un gran fondo de inversión, el free float (conocido en España como capital flotante), exigido por la Bolsa puede implicar perder un 25% del valor de sus activos con la entrada de inversores minoritarios, originando operaciones con descuento sobre el NAV... Algo que los fondos definitivamente no aprecian.
En este sentido, Laura Fernández García, Independent Advisor & Board Member en Testa Home, defendió que tanto en el caso de Fidere como en el de Testa (dos socimis respaldadas por Blackstone) la incorporación al régimen tenía como principal objetivo estabilizar su negocio, y en esa línea, los mercados alternativos funcionaban muy bien. Si el objetivo era crecer orgánicamente, probablemente encajaría mejor el pool de inversores del mercado continuo, porque "en el antiguo MAB (ahora BME Growth) las acciones están a disposición de quien venga, pero el atractivo que genera para un inversor que no tiene relación con la empresa está muy mermado".
Fernández, involucrada en dos vehículos respaldados por Blackstone desde hace varios años, se clasifica como una "auténtica creyente de la socimi". Aún así, identifica un par de ineficiencias que necesitan solución.
"En el caso de una socimi que tiene el 100% de sus activos residenciales en alquiler, con una ocupación del 98%, sin dedicarse absolutamente a nada más, ¿cómo es posible que no cumpla el test? Una simple operación de contabilidad financiera podría poner en peligro los beneficios de ese ejercicio, lo que no tiene ningún sentido", apuntó la directiva, quien insistió en que no se puede seguir con una ley de hace 10 años (que estaba muy bien pensada en su momento) pero que ahora debería modificarse para permitir un mercado más dinámico.