Los costes directos de construcción en edificación residencial subieron un 23,5% interanual en 2021, según refleja el Índice de Costes Directos de Construcción que elabora ACR
Este índice se ha situado en 158,77 puntos, lo que supone "un nuevo máximo histórico desde que se publica esta serie", indican desde ACR.
La partida que más acusa las subidas es vidriería, con un incremento de precios que roza el 50% en 2021. A continuación, se sitúan cimentación y estructura de las nuevas obras, que actúan como indicador adelantado del resto de partidas, y que marcan un incremento del 33,9% y un 33,5%, respectivamente. Destacan también los crecimientos de precios en divisiones interiores (26,8%) y fachadas (18,1%).
Esta subida está "directamente relacionada con el incremento en el precio de las materias primas, la energía y el transporte y también fuertemente influida por la rotura de stock en las cadenas de suministro, por lo que no es probable que los costes de construcción se estabilicen hasta que estas disfunciones se corrijan", explica Guillermo Jiménez Michavila, director general de ACR.
El directivo, que descarta que se produzcan bajadas a medio plazo, indica que el contexto de incertidumbre, alimentado por tensiones geopolíticas y la evolución de las variantes de la COVID-19, "hace que sea difícil anticipar el comportamiento de los precios en los próximos meses".
Y es que los precios de construcción ya marcaban máximos antes de la pandemia. En el cuarto trimestre de 2019 encadenaron 13 trimestres consecutivos de subidas. Una tendencia creciente que se rompió puntualmente en 2020, con la crisis sanitaria, y que llevó al índice a registrar caídas que llegaron a alcanzar un 3,8% al cierre de ese año. Sin embargo, en 2021, los costes no solo han retomado la tendencia alcista de los últimos ejercicios, sino que se ha acrecentado considerablemente, especialmente durante el segundo semestre.
Y, según recoge el informe de ACR, este nivel de precios ha venido para quedarse, y está teniendo impacto en el margen de todos los agentes que intervienen en la cadena inmobiliaria, dilatando el proceso de contratación y la puesta en marcha de los nuevos proyectos, que se analizan minuciosamente buscando vías de optimización que no repercutan en el precio final de la vivienda nueva.
"La única forma de afrontar este escenario y tratar de que los precios no afecten a la viabilidad y rentabilidad de los proyectos y compañías del sector, es acelerar nuestra transformación hacia un modelo de construcción más industrial", subraya el director general de ACR, quien apunta como "ventajas incuestionables" de la industrialización de los procesos constructivos un mayor control de costes y plazos de los proyectos, mayor respeto con el planeta, mayores estándares de calidad y, sobre todo, "condiciones laborales de seguridad, estabilidad y confort que son mucho más inclusivas y atractivas para un sector en el que escasea el talento cualificado".
El directivo apunta que, "si no se complica más el panorama internacional, esperaríamos que los precios de la energía se normalizasen a finales del primer trimestre y el suministro de materias primas en verano". Además, la crisis inmobiliaria en China, que previsiblemente derivará en una reducción de la demanda de materiales básicos de construcción, podría influir positivamente en la consecución del esperado escenario de estabilidad en los costes.