AQ Acentor

“Nos adaptamos a lo que el cliente quiere y eso choca con la industrialización”

“Nos adaptamos a lo que el cliente quiere y eso choca con la industrialización”
Raúl Moreno Alcázar, director de operaciones de AQ Acentor.

Raúl Moreno Alcázar, director de operaciones de AQ Acentor, ha dedicado una entrevista a Observatorio Inmobiliario con motivo de la preparación del anuario de Asprima en la que comenta en qué punto de su evolución se encuentra la fórmula de la industrialización en la edificación y qué cambios es necesario introducir en el sector inmobiliario para conseguir llevarla a buen puerto.

Para el COO de AQ Acentor, “es una tendencia clara que se va a acabar imponiendo”. Desde su punto de vista, en la actualidad existen grandes dificultades para lidiar con ciertos problemas, como los relacionados con la mano de obra o los que tienen que ver con la calidad en la propia construcción. “Y evidentemente la industrialización lo va a mejorar, va a eliminar gran parte de estos problemas”, argumenta.

Pero antes de poner en marcha procesos que puedan resultar desestabilizantes para los clientes de AQ Acentor, Raúl Moreno apuesta por la prudencia. “Lo que está claro es que la compra de una vivienda es la inversión más grande que va a hacer una familia a lo largo de su vida y, por lo tanto, antes de implantarla completamente hay que estar muy seguros de que no va a dar problemas, de que va a funcionar todo muy bien y de que nuestros clientes no van a sufrir el ser unos conejillos de indias. Por eso nosotros estamos adaptando algunas iniciativas al respecto, pero somos prudentes”.

A la hora de implementar la industrialización en la edificación, “existen dificultades de orden técnico, de flexibilidad y del ámbito normativo”, explica Moreno. En su opinión, “la parte técnica y la normativa están prácticamente solucionadas, hemos encontrado formas de atajar los problemas que teníamos”. Aunque no ocurre lo mismo con la tercera problemática: “la parte de flexibilidad sigue siendo una asignatura pendiente. El hecho de industrializar un proceso significa que es para todos igual. Esto va en contra de la capacidad de personalización que nuestros clientes demandan. Y no podemos tener un proyecto o un producto que sea igual para todos los tipos de clientes; nuestro leitmotiv es adaptarnos a lo que nuestro cliente quiere y eso entra en conflicto con la industrialización”.