A lo largo de 2023 asistiremos a una contracción inmobiliaria motivada principalmente por la fuerte subida de los tipos de interés, según el último análisis del Servicio de Estudios Redpiso. La compañía, que ha analizado en conjunto operaciones, tendencias, cambios legislativos y contexto socioeconómico y geopolítico de los últimos meses, prevé un descenso de hasta el 30% en las operaciones de vivienda de segunda mano.
“Basándonos en datos propios y del entorno, en un principio se espera que, a pesar de la situación actual, el vendedor se resista a adaptar precios el próximo año” señala Manuel Fernández, CEO de Redpiso. “Sin embargo, esta decisión no será sostenible en el tiempo si quiere ser competitivo: la escalada del Euribor frenará operaciones y mermará la masa de potenciales compradores, bien porque esperarán a nuevos cambios en el mercado o bien porque su capacidad de endeudamiento se vea más afectada que nunca. Calculamos que todo ello podría hacer caer las operaciones entre un 20% y un 30% y derivar, en consecuencia, en una bajada de precios” añade. Ante esto, Fernández señala que el mercado, en concreto el vendedor de vivienda usada, deberá adaptarse con agilidad.
Asimismo, desde el Servicio de Estudios Redpiso, la compañía puntualiza que esta contracción en las operaciones afectará significativamente al segmento de viviendas de precios más reducidos, en la medida en que las rentas más bajas -aquellas que normalmente acceden a inmuebles de menor coste por metro cuadrado- encontrarán más dificultades que nunca a la hora de afrontar una hipoteca.
“En situaciones de desequilibrio económico como el actual, el mercado inmobiliario tiende a ser dinámico y a adaptarse a lo que venga. Ya en crisis anteriores, y pareciendo escenarios impensables, hemos advertido de ajustes en el sector y, especialmente, en vivienda de segunda mano” señala el CEO de Redpiso. “Es muy importante saber anticiparse y ser tan flexible como lo esté siendo el mercado” concluye.