La IA y el Big Data en construcción: ¿un camino por recorrer en España?

La adopción de tecnologías avanzadas, como la Inteligencia Artificial (IA) y el Big Data, en el sector de la construcción en España, permanece por debajo de la media nacional en comparación con otros sectores industriales. Según datos del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (Ontsi), menos del 6,5% de las empresas del ramo implementan la IA, cifra que contrasta con el promedio nacional de los demás sectores del 12%. En cuanto al Big Data, aunque la situación es algo más favorable, su uso no alcanza el 10%, distante del 14% general del país.Esta realidad se enfrenta con la tendencia europea de desarrollar proyectos de urbanismo innovador fundamentados en estas herramientas tecnológicas, tales como las iniciativas enmarcadas en las llamadas Emotional Cities. Estos proyectos buscan promover un urbanismo que incida positivamente en la salud de los ciudadanos, mejorando aspectos como la iluminación, la comunicación y la reducción del ruido ambiental.Pese al rezago actual, el sector de la construcción sigue recibiendo inversiones europeas que apuntan a la digitalización de la economía y a la sostenibilidad en la mayoría de sus proyectos. El foco está en la consecución de ciudades inteligentes, sostenibles e inclusivas, ante desafíos como la despoblación rural y la sobrepoblación urbana, que exigen una reorganización de las metrópolis del continente. Para 2030, la UE tiene como meta que el 75% de las empresas integren la IA y el Big Data en sus procesos.El foco está en la consecución de ciudades inteligentes, sostenibles e inclusivas, ante desafíos como la despoblación rural y la sobrepoblación urbana, que exigen una reorganización de las metrópolis del continenteAna García, directora de Máster en LCI Barcelona y fundadora de NeuronaLab, explica la aplicación de estas tecnologías en el diseño urbano vinculado a la neurociencia: "Se hace un seguimiento ocular, se observa la expresión facial, se obtienen datos a través de electrocardiogramas y electroencefalogramas para tener el máximo conocimiento de las diferentes reacciones que se producen”.La metodología para recabar datos varía según cada proyecto, pero comúnmente implica analizar las reacciones fisiológicas de las personas en diferentes áreas urbanas para integrar esos hallazgos en futuros diseños de ciudades, centrados en el bienestar de sus habitantes y del entorno.La Comisión Europea enfatiza la importancia de situar a las personas en el núcleo del urbanismo futuro, subrayando la necesidad de datos reales para elaborar políticas de salud urbana efectivas. García detalla la meticulosidad de este análisis: “Consiste en recoger de manera minuciosa la respuesta fisiológica de las personas con su entorno urbano y construido. Los resultados obtenidos seguramente nos ofrezcan un marco de referencia en el que apoyarnos como diseñadores para mejorar la experiencia de los ciudadanos con el medio en el que se desenvuelven cotidianamente”.Ciudades como Lisboa, Copenhague, Londres y Michigan están implementando proyectos de salud urbana, y se prevé la elaboración de informes que relacionen el diseño urbano con la salud de los ciudadanos. Estudios indican que entornos sanitarios que incorporan elementos biofílicos y luz natural benefician la recuperación de los pacientes, ejemplificando la relevancia de un enfoque holístico en la planificación urbana.

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