La profesionalización del sector inmobiliario: una oportunidad para la estabilidad
Eduardo Álvarez Director de marketing y desarrollo de negocio de Haya El sector inmobiliario español vive un momento muy interesante. Tras una de las peores crisis que se recuerdan, el ladrillo español está consolidando una patente recupe
Eduardo Álvarez
Director de marketing y desarrollo de negocio de Haya
El sector inmobiliario español vive un momento muy interesante. Tras una de las peores crisis que se recuerdan, el ladrillo español está consolidando una patente recuperación en los últimos años. No obstante, no podemos olvidar que los ciclos inmobiliarios suelen cumplirse con cierta precisión y conviene aprovechar los tramos alcistas para apuntalar una base que permita mantener la estabilidad.
En este sentido, es importante identificar y analizar los factores que están apoyando esa recuperación. Y uno de los más característicos del actual periodo en España es la profesionalización del sector. En los últimos años han aparecido en nuestro país los servicers, nuevos actores que están ayudando a incrementar la transparencia, eficiencia y profesionalidad del mercado inmobiliario. Su trabajo es una aportación esencial para la estabilidad, ya que están ayudando a completar operaciones con todas las garantías legales, administrativas y de calidad para asegurar que lleguen a buen puerto.
El papel de los servicers ha sido clave en la recuperación, ya que han facilitado el drenaje de activos inmobiliarios que habían acabado en manos de un buen número de bancos con motivo de la crisis, transfiriéndolos con transparencia tanto a inversores nacionales y extranjeros como a particulares. El paso del tiempo ha puesto de manifiesto la relevancia de estos nuevos actores en la intermediación, así como la necesidad de dar un servicio de calidad a grupos financieros e inversores, a través de un buen asesoramiento y de la correcta gestión de los activos.
A grandes rasgos, podemos decir que hace cuatro o cinco años llegó a haber en torno a 375.000 millones de euros en lo que se conoce como créditos dudosos o NPL (Non Performing Loans) y activos adjudicados. Actualmente, estamos por debajo de los 300.000 millones, lo que supone una reducción de cerca de 80.000 millones de euros en sólo cuatro años. Los servicers, que gestionan en torno a un 70% de dichos activos, han desempeñado un papel clave en este proceso vital que está permitiendo que el sistema vuelva a funcionar con normalidad.
Nos encontramos ahora con un mercado lleno de oportunidades y con actores dispuestos a invertir en activos que antes no encontraban comprador. Los datos confirman esta visión. Durante 2017, en el mercado residencial se vendieron más de 530.000 viviendas y las previsiones para este ejercicio apuntan claramente a que esta cifra se puede superar.
Son varios los factores que nos llevan a pensar de esta manera: la inercia del último trimestre del año anterior reflejado en los datos récord de los primeros meses del 2018; el crecimiento del mercado de alquiler, que junto al creciente acceso a la financiación trasladan demanda al lado de la compra; el incremento de la construcción de vivienda nueva y, por último, el mercado de inversión que sigue vigoroso. Por todo ello, pensar en cifras cercanas a las 600.000 transacciones no parece desmesurado. Los ciudadanos siguen teniendo interés por adquirir una vivienda nueva y las condiciones de mercado siguen ayudando. En este contexto, creemos que siguen existiendo numerosas oportunidades de inversión inmobiliaria, siempre analizando en detalle la situación específica y el valor intrínseco de los activos.
Por tanto, en efecto, estamos en un buen momento, pero no conviene olvidar los errores del pasado y, sobre todo, conviene apuntalar los aciertos del presente. La gestión de los servicers durante los últimos años no sólo ha contribuido notablemente a la profesionalización del sector inmobiliario, sino también a su recuperación. Su labor ha permitido drenar de una forma ágil, eficiente, transparente y rentable los activos que despertaban más dudas entre los inversores. Es decir, han contribuido de forma significativa a la reconstrucción de la confianza en el mercado inmobiliario español. Dicho esto, es necesario progresar en la profesionalización del sector con compromisos adicionales de calidad y transparencia por parte de los principales agentes participantes, de forma que esa recuperación de la confianza se mantenga. La confianza es uno de los valores clave que hay que mantener para garantizar la estabilidad. [ ]
Nº 93 – Junio- Julio 2018