El Corte Inglés reactiva sus planes de desinversión en inmuebles no estratégicos y pone a la venta una treintena de activos por una cifra que rondaría los 700 millones
Las principales consultoras inmobiliarias, como JLL, Savills, Cushman & Wakefield, BNP Paribas, Colliers, Knight Frank o CBRE, son las encargadas de liderar los procesos de venta de cada uno de esos edificios, que el grupo de grandes almacenes prevé culminen en el tercer trimestre de este año.
Entre los activos, en su mayoría oficinas y locales comerciales, se encuentran la denominada Torre Titania, más conocida como Torre Azca, en Madrid, un edificio de 103 metros de altura y 27 plantas, incluidas cinco subterráneas, que se erigió sobre el solar en el que se situaba la Torre Windsor; así como el centro comercial de Portal de l'Àngel, en Barcelona. En conjunto, ambos tendrían un valor en el mercado que superaría los 550 millones de euros.
En la ciudad condal destaca, además, un edificio de oficinas de 15.000 m2 localizado en el 22@. Y en Madrid también están a la venta un local en el número 3 de la calle Magallanes, que tiene un inquilino con un contrato por 10 años; y dos inmuebles frente al kilómetro cero: el número 10 de la Puerta del Sol, con 4.853 m2 que comprenden un uso mixto comercial-hotelero, y actualmente tiene como inquilinos un restaurante del chef Alberto Chicote y una tienda de deportes de la cadena; y el número 6 de Maestro Victoria, un local de 1.857 m2, que aloja una tienda de mascotas y cuyo uso también incluye el segmento oficinas.
Otro de los emblemáticos inmuebles de la cartera de El Corte Inglés que sale al mercado es el centenario edificio Gaybo, en Málaga. Ubicado en el número 11 de la calle Héroe de Sostoa de la capital malagueña, junto a la estación del AVE, dispone de más de 5.000 m2 en una sola planta y desde hace dos años está alquilado a la Agencia Estatal Tributaria, que firmó un contrato de arrendamiento por cinco años, con posibilidad de renovar otros dos años.
En paralelo, el gigante de la distribución también desinvertirá en 40 propiedades de menor valor, como aparcamientos o pisos distribuidos por todo el país. En este caso será Aliseda la que se encargue de encontrar un comprador para estos activos.
El objetivo de la compañía es reducir su deuda, que ascendía a más de 3.800 millones en 2020, en un 60%; mejorar de aquí a 2026 su ebitda un 40% respecto a antes de la pandemia, hasta los 1.700 millones, y doblar el resultado neto que obtenga en 2021, unos resultados que aún no ha publicado.