La solvencia del sistema financiero será esencial en la recuperación de la economía y del sector
Tres han sido los temas tratados por los ponentes reunidos por SIMAPRO Home Edition para analizar cómo será la financiación del negocio residencial y de los clientes en la era post COVID-19. En primer lugar, la naturaleza de la actual crisis. La segunda, el impacto que puede tener en la decisión de comprar una vivienda. Y, por último, el papel de los fondos y de la inversión alternativa.
Han intervenido como ponentes Ángel Berges, vicepresidente de AFI, Roberto Rey, presidente y CEO de GLOVAL y Santos González, presidente de la Asociación Hipotecaria Española. José Luis Suárez, profesor del IESE, ha moderado el coloquio.
Respecto al primero de estos temas, los tres ponentes han coincido en calificar esta crisis de sobrevenida. En palabras de Ángel Berges, ha recordado que “la mitad de la población mundial está sujeta a un frenazo económico”. Berges también ha adelantado el probable impacto que esta crisis va a tener en las magnitudes básicas de la economía española. “Prevemos una caída del 9-10 % en el PIB, picos de paro hasta el 30 %, si bien acabaremos el año en torno al 18-19 %, y una deuda pública del 112-115 %”, ha concretado.
La situación de los bancos ayudará en la salida de la crisis
“Estamos en un momento de incertidumbre con letras mayúsculas, con un impacto muy concentrado en el tiempo y causado por un patógeno exógeno”, ha afirmado Roberto Rey. En su opinión, “si conseguimos controlar la situación sanitaria y económica saldremos de esta crisis adecuadamente. En este tránsito, la situación saneada de los bancos va a ser de gran ayuda”. Continuando con este último argumento, Santos González ha insistido en que “después de la crisis del 2008, tenemos un sistema financiero líquido, saneado y especialmente solvente. Es probable que por la crisis las cuentas de las entidades no sean especialmente buenas, pero la solvencia del sistema financiero está fuera de toda duda, por lo que estoy seguro de que será un apoyo esencial en la recuperación de nuestra economía”. En este sentido, González ha manifestado su confianza en que, al menos este año, la cartera de créditos hipotecaria funcionará de manera razonable. “Otra cosa es el riesgo que se deriva de la valoración de esta incertidumbre. ¿Incertidumbre solo este año o prolongada hasta el 2023? Si la crisis se prolonga afectará a los inicios de obra y a las nuevas licencias, puesto que el promotor descuenta expectativas. No va a ser lo mismo una recuperación en V que en U o en V asimétrica”.
Con todo, para Roberto Rey, el inmobiliario seguirá siendo un valor refugio para la inversión, “dado que los tipos de interés seguirán siendo muy bajos”. En su opinión, no es esta la única ventaja competitiva del sector en estos momentos de turbulencia. “El sector promotor se ha profesionalizado notablemente y, a diferencia de la anterior crisis, es muy solvente, con independencia del tamaño de las empresas. Las capacidades de los players actuales es mucho mayor”.
La demanda regresará al mercado
En cuanto al impacto que esta crisis puede tener en la decisión de comprar una vivienda, los tres ponentes se han mostrado moderadamente optimistas. Según Ángel Berges, “la renta bruta de las familias está cayendo mucho, pero la tasa de ahorro está aumentando fuertemente, simplemente porque no hay pocas opciones de gastar. Y obviamente, uno de los productos de la cesta de la compra que más se ha visto afectado es la vivienda”. No obstante, Berges está convencido que “tras esta caída a plomo vendrá un fuerte rebote, porque hay una importante demanda embalsada”. Un argumento que también ha compartido Santos González, que coincide en la existencia de esta “demanda expectante” que tan solo está esperando la mejor oportunidad “para regresar de nuevo al mercado, lo que dependerá en buena media de las señales de confianza que transmita nuestro Gobierno”.
Nuevos enfoques en el mercado residencial
En este punto, Roberto Rey ha llevado el coloquio hasta las oportunidades de negocio que ofrece esta crisis, que “como todas las crisis más que propiciar cambios nuevos acelera las tendencias que ya estaban en curso”. En su opinión, “hay mucha gente que no puede comprar una vivienda y hay que darle una alternativa. Ahora mismo hay una necesidad muy importante de vivienda social, para lo que es imprescindible la colaboración público-privada”. Además, este “cambio de paradigma”, como ha definido la equiparación con el mercado residencial español al europeo, “donde el alquiler supone entre el 25 % y el 30 % del parque total”, va a reclamar que “se deje a un lado los prejuicios ideológicos y se ponga en valor la cuestión económica, si una u otra actuación supone un beneficio intangible para determinados colectivos que por otros medios no podrían acceder a una vivienda”. Roberto Rey ha concluido su análisis con la siguiente afirmación: “mientras no entremos en una crisis estructural, encontraremos aspectos positivos en la actual situación”.
El papel de los inversores
El encuentro de hoy ha concluido con el análisis del papel jugado por los fondos de inversión en la dinamización del sector inmobiliario de nuestro país, que, en opinión de Santos González, ha sido “providencial”, no solo para dinamizarlo, sino también para modernizarlo. “Hay una parte del negocio inmobiliario que precisa de inversión alternativa. El sector financiero tradicional no puede absorber toda la deuda hipotecaria”, ha apuntado. Una valoración que también comparte Ángel Berges, con independencia de que, “en momentos puntuales”, algunos de estos fondos “hayan recalentado ciertos segmentos del mercado”. No obstante, ha continuado Berges, “España sigue teniendo una gran potencial y atractivo para los inversores internacionales”. Un atractivo que, según Roberto Rey, `pasa por ofrecer “seguridad jurídica a los inversores. No podemos seguir cuestionando consensos ya establecidos, puesto que esto solo puede generar incertidumbre y desconfianza”, ha concluido.