Fijar precios desorbitados y otros errores a la hora de vender una vivienda en la era COVID-19

Fijar precios desorbitados y otros errores a la hora de vender una vivienda en la era COVID-19
Descuidar la presencia del inmueble en venta en Internet es otro fallo muy común.
Las nuevas necesidades habitacionales, la falta de liquidez o la incertidumbre económica son algunas de las razones por las que la oferta de inmuebles se está acelerando


La oferta de vivienda para la venta en España ha experimentado un crecimiento notable durante los últimos meses. Los nuevos requisitos habitacionales surgidos a raíz de la pandemia, la necesidad inmediata de liquidez o la incertidumbre económica han obligado a muchos propietarios a colgar el cartel de 'se vende' y buscar rápidamente un comprador para su inmueble habitual o segunda residencia.

Sin embargo, la venta de una vivienda no es tarea fácil. Y menos aún en el actual contexto económico, donde las prisas por desprenderse del inmueble pueden conducir a errores que dificulten todavía más este objetivo por no tener en cuenta las excepcionalidades que vive el sector. En este sentido, Solvia ha identificado algunos de los fallos más comunes a la hora de vender una vivienda en la era de COVID-19.

Fijar un precio poco realista, sin tener en cuenta los cambios en el mercado

Hay muchos factores que influyen a la hora de fijar el precio de venta de un inmueble: las características de la vivienda (distribución, instalaciones, calidades, orientación, reformas realizadas…), la zona en la que se encuentra, si el barrio cuenta con servicios suficientes y está bien comunicado, etc.

Sin embargo, la incertidumbre económica actual también hace necesario estar pendiente en todo momento de la tendencia de precios que marca el mercado. Aunque el valor de las unidades cerró 2020 con un incremento interanual del 2,25%, según el Colegio de Registradores de la Propiedad, Bienes Muebles y Mercantiles de España, 2021 será un año marcado por los ajustes en el valor de la vivienda. Por ello, será preciso tener en cuenta cómo se desarrolla el sector en este sentido para evitar fijar un valor excesivamente superior que ahuyente a los posibles compradores.

Descuidar la presentación del inmueble en Internet

Es probable que a los potenciales compradores de la vivienda les resulte complicado o imposible ir a las visitas guiadas de los inmuebles durante estos días. Por esta razón, es necesario cuidar la presentación de los activos en los portales de venta online. Una buena opción es aprovechar las ventajas que ofrece la tecnología para dar un valor añadido a la propiedad: guías virtuales con vídeos, tours personalizados, imágenes 360º, decoración virtual o chatbots para preguntar dudas.

No contar con ayuda profesional

Contar con la orientación de profesionales expertos en el sector inmobiliario siempre ha sido garantía de que el inmueble se venderá lo antes posible. Estos expertos no solo brindan asesoramiento y apoyo a la hora de analizar el mercado, también traen consigo una amplia cartera de posibles compradores interesados, lo que elimina empezar la búsqueda de clientes desde cero.

La valoración del inmueble, la adecuación de la vivienda, la negociación de la venta, la preparación de toda la documentación necesaria para la transacción o las recomendaciones en cuestiones legales son también aspectos en los que estos profesionales expertos pueden ayudar.

Desatender las medidas de seguridad para las visitas

La limpieza exhaustiva y la ventilación diaria de las viviendas se han convertido en un requisito indispensable para las visitas guiadas. No obstante, nunca está de más añadir un extra de seguridad sanitaria para evitar posibles contagios que puedan echar para atrás la compra. La desinfección de todos las superficies y pomos de las puertas antes y después de las visitas es una muy buena recomendación en este sentido, así como ofrecer gel hidroalcohólico a los clientes y recomendarles que guarden la distancia de seguridad.

Descartar automáticamente la reforma del inmueble

Ahora mismo, la gran mayoría de los potenciales compradores buscan una vivienda que satisfaga sus nuevas necesidades habitacionales: espacios flexibles y amplios, buenas calidades, eficiencia energética, inmuebles renovados, etc. Por ello, es muy importante valorar la opción de reformar el inmueble antes de venderlo.

No definir un tipo de comprador al que dirigirse

Una vivienda también es un producto en oferta que se dirige a un determinado tipo de comprador. No es lo mismo poner a la venta un piso de tamaño medio ubicado en una cuarta planta que en un bajo interior de 40 m2. Por este motivo, hay que analizar previamente las características de la vivienda para saber a qué público enfocarse y qué ventajas destacar.