El mercado de la vivienda unifamiliar industrializada en España representa solo un 1% del total de las casas construidas, una cifra muy inferior a otros países de nuestro entorno, como Suecia, donde alcanza ya casi la totalidad de la producción; Holanda, con un 50% de la construcción; Alemania, con el 9%; o Reino Unido, donde representa cerca del 7%.
No obstante, el Clúster de la Edificación estima que la demanda de este modelo de construcción de vivienda unifamiliar industrializada (en su diferente grado de industrialización) alcanzará el 40% del total de casas construidas para 2030, pasando de las 850 unidades al año actuales a las 7.500 para esa fecha. El número de empresas fabricantes también crecerá: de las 40 compañías principales que copan el sector en 2022 se llegará a las 140 en 2030.
Esta es una de las principales conclusiones del Estudio ”Vivienda Unifamiliar Industrializada”, presentado en una mesa redonda moderada por Isabel Alonso de Armas (co-coordinadora del Grupo de Trabajo VUI) durante la Asamblea General del Clúster de la Edificación celebrada en Madrid.
Para Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) y autor del prólogo del estudio, “la vivienda unifamiliar juega un importante papel en el pujante proceso de industrialización de la edificación. Su escala, por ejemplo, la convierte en un modelo para tener en cuenta, al incorporar y optimizar la industrialización en relación con soluciones constructivas, pero, fundamentalmente, en la definición del proceso”. “Es una experiencia piloto dinamizadora de la transformación del sector, contribuyendo, tanto para obra nueva como para rehabilitación, a una profesionalización de la edificación”, destaca Gómez-Pintado.
Estudio “Vivienda Unifamiliar Industrializada”
El estudio ha sido elaborado por el Grupo de Trabajo de Vivienda Unifamiliar Industrializada formado por BMI Group (coordinador), Grupo Sima, Grupo Presto Ibérica, Manni Green Tech, Mapei y True Homes.
Este documento, que analiza el planteamiento de presente y futuro de este modelo constructivo industrializado, con relación al modelo de construcción tradicional, recopila los principales beneficios que aporta a los agentes implicados y a la sociedad.
“El proyecto surge de la experiencia profesional de las empresas del sector combinada con la oportunidad, que se deriva de la conjunción de varios aspectos como la apuesta inmobiliaria y su capacidad inversora, el desarrollo sostenible y los cambios en el entorno de las nuevas tecnologías, así como las necesidades y tendencias de las futuras generaciones, con un escenario de crecimiento exponencial en los próximos años”, explica Miguel Pinto, director Gerente del Clúster de la Edificación.
Según el Clúster de la Edificación, la rapidez en su ejecución, las oportunidades existentes de financiación y la mejora en la habitabilidad, eficiencia energética, sostenibilidad, salubridad y calidad convierten a esta tipología de vivienda industrializada en un activo a considerar con respecto a la construcción de vivienda tradicional, más encorsetada en la disponibilidad de recursos para su ejecución.