El acceso a la vivienda para los jóvenes, un problema social cronificado por la COVID-19

El acceso a la vivienda para los jóvenes, un problema social cronificado por la COVID-19
El alquiler se presenta como la opción más viable para la emancipación de los jóvenes.
La tasa de paro en los jóvenes, que alcanza el 40%, y la precariedad laboral dificulta el acceso a la financiación bancaria por el riesgo que representa este colectivo


El acceso a la vivienda es uno de los grandes problemas de la sociedad actual, en especial para los más jóvenes. Apenas el 26% de ellos dispone de una vivienda en opción de compra. En este contexto, la actual crisis sanitaria y económica provocada por la COVID-19 solo ha hecho agravar esta situación. La tasa de paro y la precariedad de este segmento de la sociedad han aumentado en los últimos meses, así como la dificultad de acceder al mercado de alquiler, donde los precios se han disparado, sobre todo, en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona.

“El colectivo ya era el más perjudicado antes de la crisis sanitaria, pero ahora, las tasas de paro de este grupo, de alrededor del 40%, y la precariedad asociada, provocan que los jóvenes tarden en emanciparse y, si lo hacen, sea en tipos de convivencia compartida a fin de abaratar al máximo los costes”, afirma Emiliano Bermúdez, subdirector general de donpiso.

En el actual entorno de incertidumbre, el mercado inmobiliario premia a los perfiles social y laboralmente estables, por lo que los jóvenes quedan excluidos. “Esto afecta tanto al mercado de compra como de alquiler”, lamenta Bermúdez, quien añade que “pese a los tipos de interés más favorables para la compra de vivienda, las condiciones de acceso se endurecen ante perfiles de riesgo con el objetivo de protegerse de futuros impagos”. Por lo que respecta al alquiler, los propietarios también priorizan el arrendamiento de sus viviendas a aquellos perfiles que presentan mejores garantías de solvencia.

Además, la crisis económica ha repercutido en la capacidad de ahorro de este grupo. Para ellos, conseguir el capital necesario para la entrada de un piso significa ahorrar durante más de una década. “La financiación hipotecaria ha cambiado a raíz de la crisis económica de 2008, con lo que en la actualidad las entidades financieras otorgan el 80% del total del inmueble, lo que requiere un capital inicial equivalente al 20%, y en el caso de los jóvenes, esta menor capacidad de ahorro dificulta todavía más el acceso a la vivienda”, explica Bermúdez.

Intervención del sector público

Pese a los altos precios del alquiler en las grandes ciudades, el arrendamiento se presenta como la opción más viable para la emancipación de los jóvenes por la baja capacidad de endeudamiento que representa y su versatilidad ligada a la movilidad laboral.

Por otro lado, el directivo plantea que el problema social de la vivienda requiere de una intervención del sector público de urgencia con el objetivo de aumentar el parque de inmuebles a través de políticas de alquiler social.