El PIB en el mercado inmobiliario crecerá cerca de un 6%

El PIB en el mercado inmobiliario crecerá cerca de un 6%
Recuperación de la tasa de avance anual de la inversión en construcción hasta el 7,4%.
La inversión en construcción se recuperará un 7,4% en 2021, según el Anuario Estadístico del Mercado Inmobiliario Español 2021.


Pese a la reciente revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento del mercado inmobiliario para 2021, se espera un avance del PIB cercano al 6%, tras el retroceso del 10,8% anual del año anterior, según recoge el Anuario Estadístico del Mercado Inmobiliario

Todos los componentes de la demanda interna acusaron descensos en el último trimestre de 2020, excepto el consumo público. La inversión en construcción encadenó cinco trimestres consecutivos de caídas interanuales correspondiendo a la inversión en vivienda la mayor caída (un 14% anual en 2020). Para 2021 se anticipa una recuperación de la tasa de avance anual de la inversión en construcción, hasta el 7,4%, que se verá impulsada por la aplicación de fondos europeos del programa Next Generation EU.

Los efectos de la pandemia se han visto acotados en el mercado residencial por la reducción de tipos de interés, la ausencia de sobreoferta, la posición financiera de los hogares y la respuesta de las políticas económicas. El anuario anticipa una recuperación de la demanda de vivienda cercana al 5% con lo que la demanda bruta se cifraría en torno a las 450.000 viviendas, niveles inferiores a los registrados antes de la pandemia. Para el ejercicio 2022 se espera que se amortigüe el ritmo de avance de las ventas una vez se desactiven las medidas de estímulo como los ERTE o las moratorias hipotecarias.

Parte del dinamismo de la demanda de vivienda observada en 2021 responde al afloramiento de la demanda embalsada durante los meses de confinamiento, un efecto que tenderá a disiparse. Además, la demanda extranjera seguirá debilitada mientras no se reestablezca por completo la movilidad internacional. Asimismo, las tensiones inflacionistas desatadas por la vertiente de la oferta, derivadas del encarecimiento de las materias primas y de la escasez de suministros, anticipan una reversión de los tipos de interés negativos, lo que redundaría en un tensionamiento de las condiciones de financiación.

La previsión de precios se sujeta a la incertidumbre ante la materialización de los efectos de la crisis del coronavirus a medio plazo, pero lo cierto es que su evolución durante la pandemia ha sorprendido, según el anuario estadístico, por la resiliencia, particularmente de los precios de vivienda nueva. En este segmento se espera un avance de los precios del 0,2% anual en 2021 y un repunte del 2,9% el próximo año.

En el mercado de obra nueva el precio se mantuvo por factores como la escasez de oferta y por las preferencias de los compradores hacia ubicaciones periféricas y viviendas de mayor dimensión.

El dinamismo de los visados de dirección de obra refleja el avance de la actividad promotora y un aumento de las viviendas terminadas que podrían superar las cifras de prepandemia. Tanto en 2021 como el próximo año, la oferta de vivienda nueva se situaría en torno a las 100.000 unidades, registrando tasas de crecimiento anuales de dos dígitos.

Por lo que se refiere a la vivienda usada, el factor impulsor será el componente de rotación y herencias, tras alcanzar un mínimo histórico en 2020 como consecuencia del cierre de la actividad registral durante los sucesivos confinamientos. Así, la oferta total se situará en 2021 en torno a las 400.000 viviendas y esperamos un nuevo avance anual del 7,2% el próximo año.

Durante el confinamiento se impuso el teletrabajo provocando un deterioro del sector de oficinas. Las previsiones coinciden en señalar un incremento de la contratación de oficinas hasta alcanzar niveles similares a los de prepandemia. También se recoge que los sectores que liderarán esta reactivación serán el sector público, el de tecnologías de la información y telecomunicaciones, el sanitario y la industria farmacéutica.

El sector logístico fue beneficiado por el auge del comercio electrónico, que impulsará la mejora de las infraestructuras tecnológicas y de almacenamiento, despertando el apetito inversor por este tipo de activos, ya sean almacenes, parques industriales, naves aisladas o bien plataformas de distribución.