retail y logística

El suelo logístico, imprescindible para la flexibilidad urbanística

Antonia Trillo Figueroa

Antonia Trillo Figueroa

Administradora solidaria de Megapark

El auge del comercio electrónico ha impulsado una creciente demanda de suelo logístico, redefiniendo estrategias urbanísticas. Un claro ejemplo es nuestro parque en Dos Hermanas (Megapark), donde hemos transformado el suelo inicialmente destinado a un parque comercial en suelo industrial para satisfacer estas nuevas necesidades.

El principal reto de esta transformación radica en la rápida adaptación a las exigencias del sector. Los polígonos tradicionales con naves pequeñas, infraestructura básica y accesos limitados ya no son suficientes. Hoy, los operadores requieren instalaciones amplias, bien ubicadas, con zonas de carga eficientes y preparadas para soportar el tráfico intensivo de vehículos. Además, la flexibilidad urbanística se ha vuelto imprescindible, permitiendo ajustes en parámetros como la superficie, la edificabilidad y los niveles de potencia eléctrica según las necesidades específicas de cada operador.

Soluciones innovadoras, como el almacenamiento vertical permiten maximizar el espacio disponible, lo cual exige una mayor altura máxima permitida en los planeamientos. También es necesario incorporar nuevas tipologías, como, por ejemplo, la construcción de naves retranqueadas con un diseño de multi-operador, permitiendo la coexistencia de distintas actividades bajo el mismo techo, con espacios adaptados a las necesidades específicas y cumplimiento normativo para distintas actividades desde almacenaje, hasta distribución y cross-docking.

No obstante, la transformación del suelo enfrenta obstáculos debido a la rigidez de la normativa vigente, lo que ralentiza los procesos y dificulta cumplir con los plazos que demanda un mercado cada vez más dinámico.

Para responder eficazmente, es necesario modernizar los procesos de planeamiento, agilizar los trámites administrativos y simplificar las normativas sin comprometer la sostenibilidad ni la seguridad jurídica. Asimismo, la colaboración entre operadores, promotores y administraciones públicas, junto con un mejor acceso a financiación, es clave para garantizar la viabilidad de los proyectos y mantenernos a la altura de los retos y oportunidades que plantea este nuevo paradigma logístico.