Opinión

Desarrollo ultra sostenible, el camino para garantizar el futuro de un activo logístico

Luke Le Brun y George Hickman

Luke Le Brun y George Hickman

Director de asset management de Patrizia SE y director financiero de KSP, respectivamente

El sector de la logística urbana juega un papel importante en el camino hacia la descarbonización. No en vano, se trata de un sector en pleno auge y que ha ganado mucho peso en los últimos años. Según datos del Observatorio Sectorial DBK, la facturación derivada de la prestación de servicios de almacenamiento, transporte y distribución vinculados a operaciones de venta online se situó en 2.850 millones de euros en 2021, tras registrar tasas de variación del 28,9% en 2020 y del 16,3% en 2021.

Este volumen de crecimiento hace que seamos muchos en el sector los que estemos planteando realizar esta expansión tomando muy enserio los criterios de sostenibilidad aplicados a los activos logísticos, para que estos supongan una verdadera diferenciación frente al resto y garantizar su futuro.

Mucho se ha hablado estos años de sostenibilidad y aunque hoy en día sigue siendo un filón para las acciones de marketing -y muchas veces es difícil diferenciar lo real del denominado green washing-, en el sector existe una preocupación y una voz unánime crítica hacia estos lavados de imagen. Un sentir que empuja a hacer las cosas con un verdadero propósito. Y no solo por el compromiso social que ello acarrea, sino porque la aplicación de criterios de desarrollo ultra sostenibles en los activos logísticos asegura su viabilidad y rentabilidad en el futuro.

La innovación en materia de sostenibilidad es ya palpable en la logística urbana. Es habitual ver cómo los vehículos eléctricos están ganando peso. Y no solo automóviles sino también furgonetas e incluso vehículos pesados. Asimismo, un aspecto realmente interesante en este sentido lo conforman las baterías y los paneles fotovoltaicos y todo su potencial. Unidos pueden realmente reducir costes a los ocupantes y administradores de los activos logísticos. Y las ventajas no solo están en el ahorro económico sino en poder aprovecharse del almacenamiento de la energía en las baterías ya que constituyen una verdadera diferenciación ante los competidores al buscar arrendar un activo logístico. La industria y los inquilinos ya se están acostumbrando a usar baterías para controlar sus costes energéticos. Sin embargo, aún es relativamente raro que los edificios de logística las ofrezcan como parte de la especificación de construcción básica.

Como vemos, dentro de la logística existen oportunidades fenomenales para conseguir la descarbonización. Es el segmento que más superficie de techo tiene y, por tanto, los paneles fotovoltaicos son un área obvia para que el sector se afiance frente a segmentos como el de las oficinas y del retail. Una oportunidad que aún no se ha explotado.

Aparte de todo ello, existe una compensación entre lograr la sostenibilidad y garantizar que el activo sea rentable. Si bien es cierto que requiere de inversiones que aumentan los costes, esa apuesta brinda protección, tanto desde el punto de vista del inversor, como desde el punto de vista de los ocupantes.

Cuanto más sostenible sea un edificio, más futuro a largo plazo tendrá y más atractivo será para una sección más amplia del mercado y, por lo tanto, por definición, más rentable será porque será un mejor producto. Y es que, se busca crear activos ultra sostenibles porque eso es lo que es una instalación logística de primera clase en la actualidad. Y, ahora bien, si los inversores retiraran el dinero de este tipo de iniciativas sostenibles, se estarían disparando en el pie de muchas maneras…

En efecto, ahora contamos con el viento a favor ya que realizar estas inversiones en estos momentos, construyendo desde cero, es mucho mejor que realizarlas con el fin de intentar modernizar las instalaciones en 10 o 15 años, ya sea por exigencias de la regulación o del propio mercado, pero está claro que el coste sería más elevado.

No cabe duda de que aún queda mucho por hacer, y una de nuestras asignaturas pendientes es que debemos mejorar en la comunicación con las autoridades locales para dar a conocer qué son los activos de logística e industria ligera y la importante función que cumplen dentro de nuestra economía y nuestra sociedad.

Ciertamente, el objetivo de esto es tratar de reducir el carbono en beneficio de todos y es una meta que debe lograrse de manera colaborativa. Los inversores ya no estamos para exprimir las ganancias de un pedazo de tierra. La industria ya no funciona así.