El 71,9% de los propietarios de una vivienda en España cree residir en un hogar saludable, a pesar de que casi el 80% de los más de 25 millones de viviendas en el territorio nacional se consideran ineficientes. Así lo señala el último estudio de Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), que se engloba dentro del I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad de la entidad.
UCI afirma que existen más de 20 millones de hogares en España cuyos materiales o calidad constructiva son potencialmente nocivos para la salud de sus habitantes. Además, más de la mitad del parque edificado supera los 40 años de antigüedad.
No obstante, la entidad especialista en financiación sostenible de la vivienda ha realizado un análisis sobre la percepción de los propietarios sobre la influencia de la vivienda en la salud de los habitantes que no concuerda con la situación real del parque de viviendas en España, el cual es ineficiente en su mayor parte.
Así, este análisis pone de manifiesto que, a pesar de la antigüedad e ineficiencia de las viviendas españolas, un 71,9% de los propietarios afirma residir en un hogar saludable. Por edades, los propietarios de entre 55 y 65 años (73,5%) son quienes en mayor medida consideran que su vivienda es eficiente, mientras que esta percepción desciende hasta el 69,4% en el caso de los jóvenes de 25 a 34 años.
Por sexos, los hombres (74,4%), en mayor medida que las mujeres (69,5%), son quienes creen residir en hogares saludables.
Analizando esta percepción en el resto del país y comparándola con la realidad del parque edificado de cada una de las comunidades autónomas, se pone de manifiesto que los propietarios de Extremadura (88,6%), Aragón (85,5%) y La Rioja (84,6%) son quienes creen vivir en viviendas más saludables. En el extremo opuesto, se sitúan la Región de Murcia (64,1%), Canarias (64,6%) y Baleares (67,3%).
Factores de la vivienda que más influyen en sus habitantes
A pesar de la percepción que tienen la mayoría de los propietarios, no todos los españoles pueden gozar de un hogar saludable. La presencia de humedades, la escasez de luz natural, el mal acondicionamiento térmico, el ineficiente aislamiento acústico, la mala calidad del aire interior o la poca accesibilidad son algunos de los aspectos de las viviendas que los propietarios españoles mencionan en mayor medida como factores perjudiciales para su salud. Todos estos elementos perjudiciales tienen algo en común: suelen encontrarse en edificios residenciales anteriores a los años 80.
De hecho, la OMS (Organización Mundial de la Salud) define las viviendas saludables como “espacios residenciales que promueven la salud de sus ocupantes, un refugio que sustente un estado de bienestar físico, mental y social”. Una definición que podría ampliarse hablando de hogares que gocen de una buena construcción, con materiales y elementos que incidan de forma positiva en la salud de sus inquilinos, favoreciendo, entre otras cosas, una buena iluminación, espacios exteriores y al aire libre y la presencia de zonas verdes en las cercanías.
Por su parte, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) apunta que la contaminación ambiental es uno de los factores de riesgo cardiovascular emergentes, un factor que se ha posicionado en cuarto lugar en la lista de factores agravantes o desencadenantes de enfermedades cardiovasculares, solo por detrás de la hipertensión, el tabaquismo y la mala alimentación.
Factores que afectan a la calidad de la vivienda de los españoles, según UCI
En este sentido, UCI también ha querido conocer cuáles son, según los propietarios de vivienda, los factores presentes en su domicilio que podrían afectar en mayor medida a su salud.
Así, los encuestados consideran relevante para la salud contar con la luz natural (95,31%), seguido por no tener humedades (94,22%), la limpieza (94,02%), la calidad del aire exterior (93,52%) e interior (93,37%) o la seguridad en el entorno de la vivienda (92,27%).
Por detrás figuran aspectos como la accesibilidad de la vivienda (87,5%) o la cercanía a fábricas o instalaciones eléctricas (87,19%), siendo las pinturas plásticas lo menos relevante para un 75,47%.
Según Catia Alvés, directora de sostenibilidad y rehabilitación de UCI: “Al igual que sucede con la eficiencia energética de los inmuebles, es necesario hacer un ejercicio de sensibilización para que los ciudadanos sean cada vez más conscientes de los factores de nuestra vivienda que indicen a diario sobre nuestra salud y bienestar. Solo así, podremos convertir nuestras casas en espacios óptimos para nuestra salud física y mental”.
Para Javier Torremocha, director comercial de Rehabilitación en UCI: “Gracias a los Fondos Next Generation EU, estamos en un momento inmejorable para apostar por obras de reforma para mejorar la eficiencia energética a la vez que el confort del hogar para contribuir, así, a evitar problemas de salud por mal acondicionamiento habitacional. Invertir en mejorar el aislamiento y el confort térmico debería ser el primer punto de actuación, aunque depende siempre de cada caso particular”.