La entrada en vigor de la Ordenanza de Licencias y Declaraciones Responsables Urbanísticas del Ayuntamiento de Madrid (OLDRUM) en junio de 2022 marca un antes y un después en el devenir del efervescente urbanismo madrileño. En los próximos 25 años la capital contará con más de 250.000 nuevas viviendas procedentes de los nuevos barrios que están gestándose en distintos puntos del sureste y norte de Madrid.
Los planeamientos apuntan a promociones residenciales que prestarán gran atención a la sostenibilidad, barrios que marcarán la pauta por su apuesta por la movilidad sostenible, la economía circular, la descarbonización y la calidad de vida. La normativa de licencias urbanísticas de Madrid ha convertido a las Entidades de Colaboración Urbanística (ECU) en dinamizadoras de este nuevo urbanismo, gracias a que ya estamos autorizadas para tramitar licencias de uso residencial de obra nueva.
Podemos decir que STT y el resto de ECUs ya contribuimos decisivamente con nuestra actividad a aminorar los plazos en la tramitación de las licencias de obras. Gracias a la nueva figura de la licencia básica, los promotores de todas estas nuevas viviendas en construcción podrán anticipar el inicio de las obras, eliminándose por fin la llamada ‘tasa invisible’. Es decir, el sobrecoste que asumía el inversor por el retraso administrativo en la tramitación de las licencias y que invariablemente se repercutía en el precio que finalmente abonaba el comprador de un piso. Las Entidades de Colaboración Urbanística deseamos contribuir decisivamente a ese objetivo que tanto anhela el sector de la edificación: sincronizar el ritmo de la actividad edificatoria con el de la tramitación de la documentación. Algo que desde hace años todos percibimos como una necesidad apremiante.