España atraviesa un importante problema de acceso a la vivienda, ya que no contamos con suficiente oferta para satisfacer la demanda existente.
En un entorno en el que la demanda no va a reducirse, sino que probablemente se vea incrementada en determinadas zonas geográficas por las tendencias demográficas que impulsan la concentración poblacional en las grandes ciudades, resulta fundamental facilitar al promotor la posibilidad de promover y crear vivienda nueva, así como la adaptación del parque ya existente en los centros urbanos, que actualmente está muy envejecido.
Hay que conseguir una gestión urbanística más flexible que se adapte a las necesidades del entorno en menor tiempo, que nos ayudaría a reducir este desequilibrio entre oferta y demanda. Teniendo en cuenta que el tiempo promedio para aprobar un PGOU es de 20 años, un mayor dinamismo, en este sentido, permitiría un crecimiento controlado que eliminaría tensiones de suelo en ubicaciones estresadas. La escasez, por el contrario, provoca el incremento del precio, lo que repercute en el de la vivienda.
La actual ley, aunque pretende fomentar la VPO y el alquiler social con el objetivo de facilitar el acceso a vivienda, también va a suponer un incremento directo en el precio de la vivienda libre, puesto que el coste del suelo destinado para ello se incrementará.
Debemos enfocarnos en incentivar la creación de vivienda libre, proteger los derechos de los inversores, mejorar los cascos urbanos deprimidos y conseguir una vivienda de VPO o accesible en zonas con demanda activa. En definitiva, trabajar desde todos los ángulos con un objetivo común.