Eduardo Ceballos, presidente de la AECC
Hablar de hacia dónde va el sector de los centros y parques comerciales siempre entraña ciertos riesgos porque, precisamente por su capacidad de adaptación, las transformaciones por venir pueden ser en ocasiones imprevisibles. Con todo, me atrevería a marcar tres claves de los centros comerciales que vienen: la sostenibilidad, las experiencias y la integración tecnológica. Son aspectos que compartimos con todo el sector inmobiliario, pero que, sin duda, en nuestro caso se convierten en verdaderos pilares del desarrollo de esta industria.
La integración tecnológica afecta a todos los aspectos de nuestro negocio ya que responde a las necesidades del nuevo consumidor. Tenemos que responder al cliente omnicanal y, si bien según datos de la consultora Prodware, en nuestro país el 49% de los retailers no tienen una estrategia integral omnicanal, más del 70% de los consumidores compran on y off line, por lo que es muy importante que desde los centros comerciales sepamos adaptarnos a este nuevo consumidor y dar soporte a nuestros retailers para optimizar sus ventas en nuestros centros. Por otra parte, en la mayoría de los centros el uso de páginas web, apps o redes sociales está ya bastante extendido, pero queda un largo camino en un mejor conocimiento de los clientes y de su comportamiento de visita y de compra.
La tecnología también está comenzando a influir en el propio diseño de las tiendas y en sus elementos, que cada vez son más digitales e inteligentes. Probadores con inteligencia artificial, zonas de realidad virtual, escaparates personalizados alimentados con la información del big data, son sólo algunos de los ejemplos de lo que empiezan a ser los centros comerciales tecnológicamente integrados.
Los aspectos ecológicos y medioambientales son un asunto que ya forma parte de la agenda de todo tipo de instituciones, empresas y organizaciones, públicas y privadas, en todos los ámbitos de una sociedad que nos demanda una gestión medioambiental adecuada de los edificios. Por supuesto, el sector de los centros y parques comerciales no puede ser ajeno a esta preocupación global y, tanto en nuestro país como en el resto de Europa, ya se están implementando desde hace ya varios años medidas que reducen la huella medioambiental de nuestros centros. Como ejemplo me gustaría señalar algunas como la potenciación de la luz natural y los espacios verdes, la implantación de jardinería con poca necesidad de riego, el uso de energías renovables, la utilización racional y el reciclaje del agua, o la iluminación eficiente con luminarias de bajo consumo y otros sistemas de reducción de consumo energético.
La dotación de plazas para coches eléctricos, y la adaptación general a los sistemas de transporte público y a la evolución de la movilidad que estamos viendo, son otro factor relevante que cada vez tendrá más peso en nuestra gestión.
Otra clave de la innovación necesaria en los centros y parques comerciales es la generación de experiencias, que busca ofrecer al consumidor una oferta más allá de la simple compra como transacción de un producto. Los centros comerciales dedican cada vez más esfuerzos a convertirse en espacios en los que el consumidor quiera pasar su tiempo y encuentre actividades que encajen con su estilo de vida. También se está reforzando el mix comercial con nuevos operadores capaces de ofrecer actividades deportivas, de ocio familiar, educativas y culturales, que conviertan al centro en un espacio aspiracional y de convivencia, un espacio significativo en su entorno tal y como estamos viendo en las últimas inauguraciones de nuestro país y en las que están previstas en los próximos meses.