Opinión

Retos y oportunidades de la Taxonomía Europea en el impulso de un real estate más sostenible

Ariadna Belver

Ariadna Belver

Socia de WIRES y socia de BELVER&CO

La sostenibilidad se ha convertido en uno de los temas principales en la industria inmobiliaria. En los últimos años, el sector ha mostrado un gran interés en mejorar su impacto ambiental y social. Asimismo, la necesidad de reducir la huella ambiental de los edificios y promover el uso de energías renovables es cada vez más evidente y, por ello, la Taxonomía europea se ha convertido en una herramienta clave para lograr este objetivo.

La Taxonomía europea es un conjunto de criterios técnicos que se utilizan para definir qué actividades económicas se consideran sostenibles. Su objetivo es crear una lista común de actividades que sean consideradas como sostenibles desde un punto de vista ambiental, social y de gobernanza. De esta forma, se busca facilitar la inversión en proyectos sostenibles y fomentar el crecimiento económico sostenible en Europa.

Además, permite a los inversores y propietarios de inmuebles identificar y financiar proyectos que tengan un impacto ambiental y social positivo, al tiempo que evita y penaliza la financiación de proyectos que contribuyan al cambio climático o a la degradación del medio ambiente.

Sin embargo, su implementación en el sector inmobiliario presenta varios desafíos. Uno de los principales es la falta de datos y la dificultad para medir el impacto ambiental de los edificios. Para que un inmueble pueda considerarse sostenible, es necesario que cumpla con una serie de requisitos ambientales, como el uso de materiales sostenibles, la eficiencia energética o la implantación de renovables. Sin embargo, la falta de datos precisos sobre el impacto de los edificios y de información estandarizada dificulta la identificación de los proyectos sostenibles.

Otro reto importante es la falta de estandarización en la evaluación de la sostenibilidad de los edificios. Para que la Taxonomía europea sea efectiva, se requiere una mayor transparencia y trazabilidad de los datos para poder medir el impacto de los proyectos inmobiliarios.

Aunque existen varios sistemas de certificación que evalúan la sostenibilidad de los edificios, no todos ellos tienen en cuenta los mismos criterios. Esto puede generar confusiones y dificultades para los inversores a la hora de identificar los proyectos sostenibles. Además, algunos sistemas de certificación son más reconocidos que otros, lo que puede generar una competencia desigual entre los diferentes proyectos.

Además, la implementación de la Taxonomía europea en el sector inmobiliario también plantea desafíos desde el punto de vista legal. Para que la Taxonomía europea pueda ser efectiva, es necesario que los Estados miembros la incorporen a su legislación nacional. Esto implica un proceso de armonización y coordinación entre los diferentes países, lo que puede generar retrasos y dificultades en su implementación.

A pesar de todo esto, la Taxonomía europea se presenta como una oportunidad única para fomentar la inversión en proyectos sostenibles en el sector inmobiliario. Para lograrlo, es necesario avanzar en la estandarización de los criterios de evaluación de la sostenibilidad de los edificios y en la recopilación de datos precisos sobre su impacto ambiental.

A través de la identificación de proyectos sostenibles y la promoción de su financiación, la Taxonomía europea puede impulsar el desarrollo de edificios más eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Esto no solo contribuirá a la lucha contra el cambio climático, sino que también puede generar importantes beneficios económicos y sociales, como la creación de empleo y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

Por otro lado, la Taxonomía europea también puede fomentar la innovación en el sector inmobiliario. Al establecer criterios claros para la sostenibilidad de los edificios, puede impulsar la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y materiales más sostenibles. Esto puede generar importantes avances en el sector y contribuir a la creación de una economía más sostenible a largo plazo y avanzar hacia un futuro más sostenible y justo para todos, así como aumentar la transparencia y la responsabilidad en el sector inmobiliario, lo que a su vez puede mejorar la reputación del sector y la confianza de los inversores y clientes.

En resumen, la implementación de la Taxonomía europea en el sector inmobiliario puede ser un desafío, pero también una gran oportunidad para impulsar un real estate más sostenible. Se espera que la adopción de la Taxonomía se acelere en los próximos años y que el sector inmobiliario siga liderando el camino hacia una economía más verde y sostenible.