REGENERACIÓN URBANA

Regeneración urbana y vivienda: una ecuación compleja

Leopoldo Arnaiz Eguren

Leopoldo Arnaiz Eguren

Gerente de la Junta de Compensación de Valgrande

Afrontar el problema de la vivienda desde la regeneración urbana conlleva circunscribir sus complejidades al aspecto parcial del suelo respecto de otros factores también problemáticos como son los costes de la construcción o las limitaciones de su financiación.

Desde la perspectiva del suelo, la regeneración tiene como ventaja indudable que se realiza en áreas básicamente urbanizadas y entornos de dotaciones relativamente consolidados, y como inconveniente mayor que la regeneración urbana constituye casi siempre un reto de compleja gestión urbanística.

Aumentar las edificabilidades en zonas con edificación deficiente puede plantear situaciones de difícil solución si se actúa por par celas independientes, por falta de servicios o equipamientos, o por rupturas compositivas.

En cambio, si se realiza por barrios completos o al menos por manzanas, con remodelaciones de áreas industriales obsoletas, zonas terciarias sin uso o dotaciones infrautilizadas, se pueden diseñar soluciones muy válidas, con nuevas densidades y volumetrías. Su dificultad está en resolver su gestión cuando existen muchas propiedades, edificios a demoler, viviendas de realojo o actividades para su sustitución residencial.

Por tanto, afrontar el problema de la vivienda desde la regeneración es complicado si se compara exclusivamente en su vertiente suelo con terrenos urbanizables o en proceso de urbanización, pues resulta más fácil, rápido y económico actuar en las nuevas áreas urbanizables.

Esto no es óbice para encontrarnos ante un tema apasionante, en el que se debe profundizar al tratarse de un reto urbanístico de mejora en casi todas las ciudades del mundo.