Como ya anticipábamos, 2019 cierra con un nuevo récord histórico de visitantes en nuestro país alcanzando los 83,7 millones (1,2 % más que en 2018), completando así una década de crecimiento y récord año tras año.
Cabe destacar la progresiva reducción de la estacionalidad, gracias al crecimiento del turismo urbano y de experiencias alternativas en destinos tradicionales de sol y playa fuera de temporada. El crecimiento de visitantes se concentra fuera de los meses estivales siendo menos pronunciado en pernoctaciones por la bajada de la estancia media.
Se aprecia un mayor gasto medio por turista, alcanzando un nuevo récord (92.337 millones de euros, un 2,9 % superior a la de 2018) gracias a la progresiva mejora de calidad de la planta hotelera, al crecimiento de destinos urbanos frente a destinos de playa, donde se observa la bajada de los segmentos más económicos a favor de destinos alternativos, y al aumento del turista de larga distancia (Asia, EE.UU. y Latinoamérica)
CRECIMIENTO DE VIAJEROS EN LOS AEROPUERTOS ESPAÑOLES
Como indicador de referencia complementario es muy significativo el crecimiento de pasajeros aéreos, que ha aumentado casi un 6 % en 2019 con respecto a 2018, destacando:
- Fuerte crecimiento de Madrid (6,6 %) y Barcelona (5 %), que conjuntamente suponen más de un 41 % del total de pasajeros aéreos en España.
- Crecimiento moderado en las Islas Baleares (3 %) y un ajuste mínimo de Canarias (por debajo del 1 %), suponiendo en el conjunto de las islas casi un 30 % del total.
- Gran desarrollo de los aeropuertos complementarios, con Sevilla a la cabeza (+18 %), Valencia (10 %), Bilbao (8 %), Alicante (7,6 %) y Malaga (4,4 %), que suponen en su conjunto algo más de un 20 % del total.
PARÁMETROS COMERCIALES
A nivel nacional el crecimiento del RevPar a cierre de diciembre 2019 ha sido de un 3,4 %, soportado sobre todo por el crecimiento del ADR (crecimiento de la ocupación de casi 1 %).
Si bien a nivel nacional se ha observado un ligero crecimiento de la ocupación, en algunas regiones de España, como es el caso de Canarias, Baleares y Murcia, debe apuntarse un leve ajuste como consecuencia de algunos condicionantes que se han dado durante el año (desaceleración
alemana, la caída de Thomas Cook, recuperación de destinos alternativos). No obstante, el comportamiento del ADR se muestra diferente y observamos incrementos en prácticamente todo el territorio.
Destaca la desigualdad que se aprecia por subdestinos, segmentos y por productos, beneficiándose aquellos que se encuentran adaptados a las nuevas tendencias.
OFERTA
La oferta hotelera se mantiene en niveles de 2018 (máximos de ca. 880.000 habitaciones). Si bien ya se aprecia un leve crecimiento por nuevos desarrollos, la tendencia sigue siendo i) la renovación de habitaciones, corrigiendo poco a poco la obsolescencia de la planta hotelera, ii) el incremento de categorías y iii) la adaptación a las nuevas tendencias de la demanda, lideradas por los grandes operadores y los inversores institucionales.
Hay que destacar así, que la renovación de habitaciones es cinco veces mayor que las nuevas aperturas (en el quinquenio acabado en 2018 casi 114.000 habitaciones fueron reformadas frente a algo más de 22.000 desarrolladas nuevas). Este reposicionamiento nos ha llevado a consolidar más de un 55 % de la planta hotelera en categorías de 4 y 5 estrellas (frente a un 45 % de hace una década).
No obstante, continuamos apreciando amplia fragmentación en la industria, con un gran número de hoteles independientes y operadores pequeños, y aunque creciente, baja penetración de las marcas internacionales, que suponen alrededor del 10 % del inventario total. Además, existe un mayor crecimiento de modelos de contratos de operación con riesgo, tanto franquicias, como contratos de gestión y arrendamientos variables, frente al arrendamiento fijo tradicional.
CONSOLIDACIÓN DE LA LIQUIDEZ DEL MERCADO
El volumen de inversión hotelera en 2019, según nuestras estimaciones, supera en su conjunto los 2.700 millones de euros, presentando una caída significativa con respecto a la inversión de 2018 (4.780 millones), que estaba muy condicionada a operaciones corporativas relevantes (especialmente la operación de Hispania).
Sin embargo, la inversión directa en activos hoteleros (excluyendo operaciones corporativas) estimamos que supera los 2.350 millones de euros, muy en línea con los niveles de 2018 (que estuvo algo por encima de los 2.400 millones), consolidándose la liquidez con un mantenimiento de las tendencias de años anteriores.
En los últimos cuatro años, el inversor institucional sigue siendo el motor del mercado transaccional (más de dos tercios de la inversión), con más de un 60 % en proyectos de valor añadido. Se trata sobre todo de reposicionamientos, pero también de nuevos desarrollos (casi un 25 %),
equilibrados entre urbano y vacacional, concentrándose las operaciones fundamentalmente en destinos prime y 2nd tier.
PERSPECTIVAS 2020
Si bien anticipamos una continuación de la tendencia positiva general de la industria, a nivel comercial también esperamos ver la continuidad de la desaceleración e incluso un estancamiento en base a los retos de 2020.
En línea con lo anterior, cabe destacar los potenciales condicionantes políticos en nuestro país (potencial efecto sobre consumo y ausencia de estímulos y apoyo a la industria). Si bien, esperamos una progresiva normalización de las tensiones sociopolíticas (Cataluña, Brexit) y estabilidad económica a nivel internacional, la mayor preocupación se deriva del crecimiento de destinos alternativos (incluyendo el efecto de la benevolente climatología en el norte de Europa).
Con todo, la fortaleza de nuestro sector, y sobre todo aquellos destinos, segmentos y productos más adaptados a las nuevas tendencias de la demanda, seguirán teniendo crecimiento y recorrido significativo a corto y medio plazo, especialmente en ADR, pero también en ocupación, con una progresiva desestacionalización, que sigue siendo una oportunidad atractiva y una garantía de crecimiento de rentabilidad.
A nivel transaccional, anticipamos el mantenimiento del interés inversor y la liquidez en el mercado, con estabilidad de volúmenes en niveles de alrededor de 3.000 millones de euros, en base, fundamentalmente, a operaciones sobre activos.
Finalmente, a nivel corporativo, nuestra industria tiene pendiente todavía una importante transformación, derivada de la evolución de los grandes grupos familiares y las estrategias de los inversores institucionales, que están construyendo plataformas con enfoque de valor añadido.