La industria inmobiliaria afronta un nuevo escenario de tipos de interés positivos e inflación que afecta a todos los segmentos de actividad, si bien se mantiene el apetito de los fondos de inversión, que cuentan con más de 828.000 millones en búsqueda de oportunidades en real estate.
Por su parte, las macrotendencias sociodemográficas y los avances tecnológicos están generando nuevas oportunidades en todas las clases de activos, tanto tradicionales como emergentes.
La desaceleración en la actividad de la construcción, debido al aumento de los costes de las materias primas y la escasez de mano de obra especializada, mantiene el desequilibrio entre la oferta y la demanda en la mayoría de los segmentos principales del mercado, presionando los precios al alza.
Nuestra apuesta para 2023 se resume en tres sectores prioritarios: Residencial, tanto en venta como en alquiler, y otros productos alternativos del segmento de living: la escasez estructural de viviendas de alquiler en las principales ciudades, cuya población continúa en aumento, y los bajos niveles de obra nueva hacen del sector residencial uno de los más atractivos para la inversión en nuestro país.
Logístico: mientras continúen creciendo las tasas de penetración del comercio online, se mantendrá la fortaleza de la demanda de espacios logísticos de calidad que, ante la baja disponibilidad, impulsarán los alquileres al alza.
Oficinas prime en CBD: las empresas demandan espacios de calidad y bajo consumo energético en centro ciudad. Esperamos un incremento de las rentas en CBD, impulsadas por las presiones inflacionarias y la disponibilidad limitada de edificios de grado A.