Opinión

Los nuevos modelos de desarrollo urbano

Paula Albaladejo

Paula Albaladejo

JLL

El Banco Mundial prevé que, para 2050, dos tercios de la población mundial vivirá en ciudades y estas deberán duplicar su tamaño actual para alojar esta demanda. En este contexto, es imprescindible asumir modelos de desarrollo urbano capaces de absorber este crecimiento de manera realista y sostenible. Es aquí donde la regeneración urbana juega un papel indispensable.

Precisamente, la adaptación de los tejidos urbanos existentes previene el crecimiento desenfrenado de las ciudades y nos dota de la agilidad necesaria para responder a los retos que tenemos por delante, adaptándose a las demandas sociales en constante cambio, pero sin renunciar a la identidad de los espacios que habitamos.

En este sentido, debemos tener, además, en cuenta, que no hay posibilidad de alcanzar los objetivos de neutralidad de 2050 si no se descarboniza el entorno construido actual. Los efectos positivos de la regeneración urbana en ahorro energético, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero o la limitación del uso de nuevos materiales, hace que la rehabilitación de las ciudades sea una tarea imprescindible en nuestra agenda de desarrollo.

Desarrollos como Kings Cross en Londres, High Line en NY o la zona fluvial en Shanghái, demuestran que la regeneración urbana es solución indispensable para diseñar ciudades a largo plazo capaces de adaptarse a necesidades sociales cada vez más flexibles.

Y el desafío no es menor. Desde JLL calculamos que el 80% de los edificios de las zonas urbanas consolidadas seguirán en uso en 2050 y su modernización implicaría una inversión de cerca de tres billones de euros