La vuelta paulatina a la normalidad tras la pandemia nos ha servido para ir observando cómo los hoteles de lujo o máxima categoría (5* y 5*GL) han sido los protagonistas en al menos tres aspectos principales.
El primero es la rapidez en la recuperación. En el verano de 2021 tuvimos la oportunidad de asesorar una operación de ultra-lujo en Mallorca y fue clave para el cierre el poder constatar que en ese verano (con la pandemia todavía como protagonista) los principales resorts de máxima categoría en el Mediterráneo ya habían recuperado el RevPar de 2019 gracias a subidas antes impensables en tarifa.
El segundo aspecto a destacar es el mayor crecimiento que ha experimentado este segmento tanto en tarifa como en RevPAR en los últimos dos años. El cierre de 2022 ya nos permitió ver que el ADR de los hoteles de 5* en España superó en un 23% la tarifa media de 5* en 2019 (frente a un incremento aproximado del 13% en los hoteles de 3* y 4*), lo que ayudó a una recuperación también muy positiva del RevPAR (16% por encima de 2019).
Por último, subrayar el impacto que este buen comportamiento de los resultados de los hoteles 5* está teniendo en el apetito de inversores enfocados a este segmento. Cada vez más inversores perciben el lujo como segmento refugio, tanto por su menor elasticidad a subidas en los precios como por el incremento de la demanda de clientes que viajan buscando hoteles de máxima categoría. En lo que llevamos de 2023, más del 50% del volumen transaccionado en hoteles corresponde a establecimientos de 5*, mientras que en los años previos a la pandemia el volumen de inversión habitual destinado a esta categoría apenas llegaba al 20%.