En el primer trimestre de 2023, el número de visados de obra nueva alcanzó la cifra de 28.443 viviendas, es decir, que se mantuvo estable frente a 2022, a pesar del contexto de tipos de interés al alza.
Extrapolando al conjunto de 2023, y si la estadística sigue la tónica de años anteriores, estaríamos en torno a los 110.000 visados, un buen dato considerando la situación, pero insuficiente para atender la demanda. El INE calcula que en el periodo 2022-2027 se crearán en España una media de 192.000 hogares anuales.
En cuanto a la evolución de los precios, se aprecia una moderación del crecimiento, principalmente en el segmento de vivienda de segunda mano y no tanto en el de obra nueva. La mayoría de las estadísticas arrojan incrementos interanuales superiores al 5%.
La paulatina moderación de la tasa de inflación desde el pico en julio de 2022 hasta mayo (+3,2%) haría esperar una relajación de la política monetaria de BCE si el resto de Europa acompaña. A corto plazo no cabría pensar en bajadas de tipos, pero sí en eliminar del horizonte la expectativa de nuevas subidas.
La estabilización de tipos de interés sería un indicador de futuras bajadas y un estímulo para el conjunto del sector, en particular para el segmento build to rent. Pero también incrementaría la confianza del comprador y posiblemente incidiera en un cambio de tendencia en los datos de hipotecas, el indicador más sintomático del incremento del coste de financiación, y con ello en la demanda global de vivienda.
Si añadimos el buen comportamiento de los datos de empleo, cabe ser moderadamente optimistas sobre un ejercicio que se veía con preocupación, pero el sector está demostrando una fortaleza y una solidez que es una buena noticia para el conjunto de la economía.