Aunque la pandemia de la COVID-19 no ha terminado. y por tanto todavía es pronto para realizar un análisis en profundidad de cómo puede haber afectado a nuestra forma de vida, no cabe duda de que esta etapa ha tenido una gran repercusión en muchos de nuestros hábitos.
La pandemia, y especialmente la etapa de confinamiento, nos ha empujado a valorar más nuestra vivienda, a apreciar la comodidad y el placer que nos tiene que ofrecer estar en el interior. En el norte de Europa, especialmente en Dinamarca, tienen un concepto denominado Hygge para describir específicamente la sensación de relajarse y sentirse "en casa”, olvidándose de las preocupaciones de la vida. En España, por el excelente clima del que disfrutamos, siempre se ha tendido a salir más a la calle que a disfrutar en el interior de nuestra vivienda. Sin embargo, durante el último año y medio hemos estado más tiempo en casa y eso nos ha llevado a reflexionar más en qué necesitamos para construir ese Hygge, para lograr que nuestro hogar sea todo lo que necesitamos, sin tener que renunciar al disfrute del buen tiempo.
Por este motivo, durante los últimos tres trimestres, hemos observado cómo se ha reactivado de forma significativa la demanda de vivienda, pero especialmente en las zonas periféricas de las ciudades y las localidades secundarias anexas a los grandes núcleos urbanos. Esta tendencia responde a la necesidad de los españoles de buscar viviendas más grandes, con más luz, mejores instalaciones comunes, jardín y terraza.
Sin embargo, estas características son difíciles de encontrar a un precio asequible en el interior de las grandes poblaciones de nuestro país, como Madrid o Barcelona, por lo que una gran parte de la de manda ha decidido abrir su búsqueda a nuevas zonas. Además. este movimiento se ha visto potenciado por dos factores las ventajas de la obra nueva y el teletrabajo.
En primer lugar, las viviendas de obra nueva tienen en cuenta las necesidades actuales de la población en sus diseños. La mayoría suele contar con esos espacios amplios, la búsqueda de más luz natural y, por su puesto, las zonas comunes que permiten a los vecinos acceder a múltiples servicios sin salir de la comunidad. Sin embargo, el suelo disponible para construir en el centro de los grandes núcleos urbanos es casi inexistente, por lo que el número de promociones residenciales de reciente construcción es muy reducido, además de tener un precio muy elevado, lo que provoca que la mayoría de la oferta de vivienda de obra nueva se concentre en las zonas de periferia.
Por otra parte, el teletrabajo también ha supuesto un gran impulso al efecto centrífugo de la demanda. El hecho de reducir el coste, tanto en tiempo como económico, de desplazarse cada día hasta los centros de trabajo también está favoreciendo el movimiento de la población desde el centro a la periferia. Además, ha generado un interés mucho mayor en una zona común específica, dedicada al estudio o al coworking que permite tener un espacio común donde concentrarse y trabajar sin necesidad de hacerlo en casa, pudiendo separar así los espacios de ocio y laboral.
En definitiva, aunque todavía es pronto para realizar un análisis profundo de cómo será la demanda de vivienda tras la pandemia, lo que sí que podemos asegurar es que estas tendencias no van a dar marcha atrás. Quizá puedan ralentizarse ligeramente, en función del grado de permanencia del teletrabajo y las necesidades de desplazamiento a los centros de trabajo, pero los españoles se han dado cuenta, aún más, de lo importante de contar con un hogar adaptado a sus necesidades, y eso es difícil de olvidar.