Nuestra experiencia en AECOM es que las soluciones que incorporan elementos de construcción industrializada, aunque aún representen un porcentaje relativamente bajo frente a la construcción tradicional, están cada vez más demandados. Ya sean públicos o privados, los clientes apuestan por optimizar plazos, asegurar calidades, garantizar soluciones respetuosas con el medio y conseguir, además de un mayor control del coste global, un mantenimiento más fácil. A medida que se implanten estos sistemas, al asegurarse la cadena productiva y la optimización de los recursos, conseguiremos también que se igualen los costes.
Si analizamos por sectores, la industrialización tiene una presencia variable. El cambio evidente de mentalidad se refleja en el sector hotelero y en los residenciales senior living y de estudiantes, donde cada vez son más comunes los elementos industrializados en estructuras, fachadas, módulos de escaleras, componentes de baño o incluso habitaciones. En el ámbito residencial más general también se confirma la introducción de diferentes grados de industrialización, aunque de una manera más lenta.
Creemos que el camino adecuado para que la industrialización aumente su presencia en los proyectos es el que se está produciendo: a través de un desarrollo progresivo que parte de soluciones estandarizadas de elementos y se va extendiendo a la escala de componentes. Pero es tiempo de superar el concepto ‘modular’ y aspirar a soluciones que doten a los arquitectos de un ‘kit of parts’ variado que permita combinar con creatividad y eficiencia los diferentes sistemas. Únicamente así se podrá no solo responder a las particularidades de cada proyecto y hacerlo único, sino alcanzar propuestas verdaderamente sostenibles, tanto por las propias características de los elementos como por una responsable y cada vez más necesaria optimización de los recursos.