Hablamos siempre de las nuevas tipologías de activos y su capacidad para atraer inversión. Sin duda, el mercado ha cambiado mucho en los últimos años. Han surgido nuevas tipologías de activos alternativos de gran interés para los inversores y, más aún, para los que buscan la diversificación en sus carteras; pero no nos engañemos los grandes inversores institucionales buscan grandes volúmenes de inversión y estos activos todavía no representan grandes números.
El residencial es de gran atractivo también, pero es difícil encontrar producto de interés y hay mucha incertidumbre a la hora de analizar las inversiones, ya que normalmente son en producto no acabado, con la inquietud que ello conlleva en el cambiante contexto económico y político actual.
Así que, en mi opinión, para los grandes inversores core internacionales, el destino de sus recursos va a seguir siendo principalmente oficinas, retail y hoteles. Eso sí, se va a ser mucho más selectivo y exigente en la elección de esos activos. Se espera una contracción en las yields que, aunque se van ajustando, puede no ser todavía lo suficiente para cubrir el impacto de los tipos de interés, lo cual no haría atractivas las inversiones de momento. Veremos más transacciones autofinanciadas o sin financiación.
Además, parte de los recursos, en estos tiempos de incertidumbre, van a ir a la mejora y reposicionamiento de las propias carteras, invirtiendo en avances para poder cumplir con los criterios de la Taxonomía que nos marca Europa.