Aún recuerdo la primera vez que estuve en un panel hablando sobre innovación y tecnología con WIRES. Era mayo de 2019 y ya en ese auditorio del COAM de Madrid hablábamos sobre IoT, big data, tecnologías inmersivas e inteligencia artificial. El metaverso es mucho más reciente y más fugaz.
Aún tardaremos en ver la IoT en todos los hogares, pero el uso del big data (que entonces sonaba a ciencia ficción) se ha convertido en un imprescindible a la hora de tomar decisiones y sin duda, la pandemia empujó la adaptación de tours virtuales y otras formas de visualización.
Cuatro años después hablamos de nuevo de IA y es, sin duda para mí, donde yacen la mayoría de las innovaciones y cambios de procesos, en una tecnología que está evolucionando a pasos agigantados y que hace ya varios años que está en nuestras vidas sin apenas notarlo.
A la propia IoT ya la cubre una capa de análisis gracias a la IA especialmente relevante en un contexto en que las nuevas formas de ocupación de un espacio, como el coliving, necesitan una gestión muy personalizada y optimizada.
La mayoría de los tours virtuales están tratados con IA, muchos de los textos que vemos en portales han dejado de escribirlos una persona y es cada vez más común que ese big data del que hablábamos lo esté analizando una IA en vez de un analista a golpe de excel.
La IA, además, va a ser de valor incalculable en la predicción de modelos de comportamiento del mercado e incluso va a permitir mejorar la eficiencia en la gestión de edificios y optimizar el rendimiento de los equipos comerciales y de gestión. De modo que, señores y señoras inmobiliarias, háganse amigos y amigas de la inteligencia artificial porque ha venido para quedarse.