La vivienda asequible podría convertirse en el principal activo refugio para la inversión este año. Las razones son la llegada de los fondos europeos Next Generation y los numerosos proyectos residenciales que forman parte del Plan Estatal de Acceso a la Vivienda 2022-2025.
En segundo lugar, tras alcanzar unas cifras de inversión de 2.600 millones de euros en 2022, el sector de oficinas continuará siendo un segmento estratégico, representando un 19% de la inversión no residencial. Por esto, 2023 será un año estable para la inversión en oficinas, ya que, aunque se ha visto ralentizado por las estrictas condiciones de financiación, se verá apoyado por los fondos europeos.
También pronosticamos oportunidades para los grandes inversores en la adquisición de fincas rústicas. Esto se verá propiciado por el envejecimiento de los trabajadores del campo y el relevo generacional, o la tendencia hacia una agricultura de proximidad. Además, observamos un aumento en la demanda de fincas para uso recreativo-residencial derivado del auge del teletrabajo y el desinterés por las zonas urbanas masificadas. El sector Agro será uno de los de mayor crecimiento durante los próximos años.
Por otro lado, el sector logístico buscará reinventarse y ser más sostenible este 2023. Tendrá que invertir en tecnología como el machine learning o la automatización de procesos para cumplir con los requisitos normativos y mantener la competitividad.
Además, hay que añadir la evolución favorable de otras tendencias como el coliving, el coworking o el senior living. Igualmente, crecerá la apuesta por los data centers, un activo que en 2022 demostró ser muy valorado por los inversores, aunque aún con suficiente recorrido para su crecimiento. Por último, el Build to Rent es una modalidad por la que han apostado las grandes promotoras, pues la demanda de alquiler sigue fuerte en los grandes núcleos urbanos.