La evolución de la inversión financiada mediante leasing inmobiliario en los últimos años ha mostrado un comportamiento un tanto irregular y sin una clara tendencia de crecimiento. Muy lejos de los volúmenes de inversión alcanzados en 2007, en el que la inversión anual en leasing inmobiliario ascendía a más de 3.700.000 miles de euros en los últimos 5 años la inversión se mueve alrededor de los 800.000 miles de euros anuales.
Las perspectivas para el año 2023 no se presentan muy optimistas, debido a la incertidumbre en los mercados por las subidas de tipos de interés, el incremento del precio de las materias primas, de los suministros y de los combustibles, lo que no nos lleva a un escenario óptimo para que las empresas tomen decisiones de inversión a largo plazo en activos inmobiliarios.
No obstante, aunque la demanda de activos inmobiliarios pueda verse resentida, es cierto que las empresas van a tener que adaptar sus inmuebles a las nuevas necesidades que ha impuesto el mercado; aumento del e-commerce, inmuebles más sostenibles, oficinas diseñadas para la convivencia de trabajo en remoto y presencial y locales más atractivos que faciliten la venta “omnicanal”. Sin duda, este escenario puede ser favorable para la inversión financiada mediante leasing, al ser una fórmula de financiación que permite una gran flexibilidad en la fijación de las cuotas, así como por el ahorro de costes derivados de las ventajas fiscales.
Si analizamos la perspectiva por cada tipo de inmueble, vemos que el leasing puede ser una solución de financiación muy adecuada para las nuevas necesidades detectadas en la demanda de inmuebles.
Las naves industriales y los centros logísticos, ha sido el activo inmobiliario con la evolución más positiva en los últimos años, y aunque tenemos que ser prudentes en cuanto expectativas de crecimiento para el 2023, sigue siendo una de las grandes apuestas para la recuperación del leasing en España. Existe demanda del producto y sin lugar a dudas, que las empresas opten por el leasing va a permitir optimizar esa inversión a nivel de costes.
La inversión en oficinas, que estuvo muy dañada durante la pandemia por la aparición del teletrabajo, se ha ido recuperando de forma gradual y en la demanda se muestra la necesidad de adaptar las oficinas a las nuevas formas de trabajo. El leasing inmobiliario, se plantea como producto idóneo para acometer este tipo de inversiones, al poder
financiar en una misma operación y con una única cuota, la adquisición del inmueble y todas aquellas inversiones necesarias para adaptarlo a los nuevos usos.
La demanda en locales comerciales, sobre la que existe una importante amenaza por el comercio on-line, se recuperó de forma notable durante el 2022 debido a la recuperación de las ventas físicas y no se aprecia un mal comienzo en 2023. Es un sector en el que existe una clara necesidad de adaptar los locales hacía experiencias de venta “omnicanal”.
Y finalmente, creemos que merece una especial atención al sector hotelero, que tras sufrir grandes pérdidas después de la incerteza provocada por el Covid y las restricciones a la movilidad, se ha reactivado totalmente y con toda probabilidad va a tener necesidades de inversión.
En esta situación, es especialmente relevante que las empresas busquen fórmulas de financiación que les permitan optimizar el coste de esas inversiones, así como tener más facilidad para obtener no solo la financiación, sino porcentajes de financiación más elevados.
Por ello, es importante poner de relieve las ya conocidas ventajas del leasing inmobiliario. En primer lugar, destacaríamos las ventajas fiscales; la amortización acelerada del inmueble, que va a permitir rebajar el gasto por Impuesto sobre Sociedades, en un momento en el que la contención del gasto cobra especial importancia y también muy importante, el ahorro en el impuesto de Actos Jurídicos Documentados para las segundas transmisiones de inmuebles cuando es posible aplicar la doble exención.
En segundo lugar, el leasing es un producto que permitirá preservar la tesorería de la empresa por dos motivos; no será necesario desembolsar el importe del IVA en caso de primeras transmisiones de edificaciones, ya que este es asumido por la entidad financiera, repercutiéndolo posteriormente al cliente en cada una de las cuotas y también porque las entidades financieras, a través del leasing, puede financiar porcentajes más elevados de la inversión que otras fórmulas tradicionales de financiación.
Y finalmente, no es menos importante, el acompañamiento que la entidad financiera prestará al cliente en todo el proceso de compra del inmueble. Especialmente interesante para pequeñas empresas, autónomos y empresas extranjeras que deseen iniciar su actividad en España.
En conclusión, nos movemos en un escenario incierto, pero que, a su vez, las circunstancias de los últimos años nos han llevado a cambios en la demanda inmobiliaria que con total seguridad van a requerir financiación inmobiliaria y el leasing, tiene que
ser un producto a tener en cuenta porque no solo permitirá la optimización de los costes de esas inversiones, sino que, además, facilitará el acceso a la financiación.