La pandemia del coronavirus está teniendo consecuencias a nivel global en todos los ámbitos imaginables: sociales. políticos y, por supuesto, económicos. Lo que ayer era seguro hoy ha dejado de serlo y mientras nos preguntamos cómo hemos llegado hasta aquí, los cambios se suceden y los procesos que parecían lentos se aceleran de forma sistemática.
La implantación masiva del teletrabajo o la "digitalización" de las empresas son un claro ejemplo de ello. Los expertos preveían que el modelo de teletrabajo tardaría varios años en implantarse de forma generalizada. pero el coronavirus ha hecho que ese proceso se haya acelerado de forma exponencial y hoy son muchos más los que trabajan desde casa que los que trabajan en una oficina, con el inmenso impacto que este cambio conlleva.
Con respecto a la "digitalización" sucede lo mismo. Ya no se trata de ser analógico o digital, se trata de sobrevivir o quedarte fuera irremediablemente.
La diferencia es que la "muerte" de las compañías que no se sumen a esta revolución tecnológica será mucho más rápida de lo que nos podamos imaginar Lo que la imprenta fue al siglo XV. la electricidad al siglo XIX o el petróleo al XX. lo es el "Big Data· al siglo XXI. Los datos se han convertido en la herramienta disruptiva más poderosa de nuestros tiempos. Pero lo importante no es cuántos datos tenemos, sino cómo los estructuramos, gestionamos y analizamos. La pregunta es: ¿Cómo podemos integrar esos datos en nuestros negocios?
En el sector del Real Estate los datos ya desempeñan un rol fundamental. El "Big Data" supone un factor clave (y cada vez lo será más) en el crecimiento y competitividad de las compañías del sector inmobiliario. Pero, además, en el caso de las valoraciones, el análisis de esos datos mediante modelos AVM (Automated Valuation Model) va a suponer un cambio radical en el papel del valorador.
Los modelos AVM son cada vez más sofisticados: han evolucionado desde los análisis de regresión lineal de los años 90 a la aplicación de lógica difusa y redes neuronales de hoy La valoración inmobiliaria mediante AVM tiene gran aceptación para fines fiscales. Además, en el segmento residencial se usan ampliamente en valoración de portfolios como control de calidad de valoraciones y en valoraciones online de viviendas individuales. Desde el acuerdo de Basilea II también se ha extendido su uso en el marco hipotecario.
En "commercial real estate" su uso no está tan extendido debido a la necesidad de grandes cantidades de datos que aseguren la fiabilidad de los modelos. Y es que la transparencia de los datos es clave. Uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos en el futuro inmediato es el de fomentar la colaboración público-privada (tanto de las administraciones, como de las asociaciones del sector privado) y darle a la transparencia de los datos el impulso definitivo que permitirá la asimilación total de la tecnología por parte del real estate.
Es de prever que en el "commercial real estate" se extenderá el uso de métodos híbridos (Appraiser Assisted AVM) dando lugar a valoraciones semi-automatizadas. Por otra parte. en el futuro el uso de drones para las inspecciones o la posibilidad de realizar visitas en "streaming" evitando tiempo de desplazamiento permitirá además agilizar el proceso de valoración.
Una mejor gestión del tiempo y un análisis más eficiente de los datos gracias a la tecnología van a permitir a los valoradores dedicar más tiempo a otras funciones. que virarán hacia "client care" o "advisory".
El "Big Data". en definitiva. no es más que el nombre que le hemos puesto al progreso irremediable. Los datos y su gobernanza regirán el futuro de todos nosotros. Por eso, aquellos que decidan postergar la "digitalización" deben saber que mientras ellos procrastinan hay compañías que llevan ya años sacándoles ventaja de forma firme. Una preeminencia que, en poco tiempo, muy poco, será determinante. Vencedores y vencidos.