Lluís Comerón, presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), falleció ayer a los 61 años de manera inesperada
Comerón fue elegido presidente de la entidad en 2017 y el pasado octubre había renovado su mandato. Preocupado especialmente por el calentamiento global, la dificultad del acceso a la vivienda, la adaptación del parque edificado de España a los estándares marcados desde Europa y la mejora de la calidad de vida de las personas, impulsó durante su presidencia la creación del Observatorio 2030 del CSCAE, la primera mesa de trabajo sectorial permanente para la búsqueda conjunta de soluciones ante los desafíos de los objetivos de desarrollo sostenibles entre todos los agentes del sector de la edificación.
Bajo su mandato, la candidatura del CSCAE consiguió la celebración en Madrid del Foro Internacional UIA 2022 sobre vivienda digna; así como la celebración del Congreso de la UIA en 2026, declarando Barcelona capital mundial de la arquitectura.
Anteriormente, había ejercido de presidente de la demarcación de Barcelona del Colegio de Arquitectos de Cataluña (2006- 2010) y decano de dicha institución de 2010 a 2018. Además, fue presidente del Instituto Técnico de la Edificación de Cataluña (ITeC) y vicepresidente de Unión Profesional.
Nacido en Mataró en 1960, estudió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (Etsab), donde ejerció de profesor. Tenía su propio estudio en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), donde proyectó edificios de carácter muy diverso, como equipamientos escolares, sanitarios, penitenciarios y culturales, así como espacios públicos y edificios de viviendas.
"Trabajó incansablemente por poner en valor la arquitectura, defender al colectivo y mejorar las condiciones del ejercicio profesional", recoge el comunicado del CSCAE, que añade: "la inesperada noticia tiñe de luto no solo a esta institución, a la que entregó con pasión y enorme generosidad todo su saber y buen hacer, y a los colegios que la constituyen, sino al mundo de la arquitectura". Y es que, como explican, Comerón "transmitía ilusión y entusiasmo a los que lo rodeábamos. Y fue compañero cercano y amigo entrañable".