16 de diciembre de 2013.- El consumo de cemento en España cerrará el año, con un descenso total del 20%, registrando así, por sexto año consecutivo, caídas de dos dígitos. Según las previsiones de Oficemen, la Agrupación de fabricantes de cemento de España, la demanda interior se situará por debajo de los 11 millones de toneladas. A cierre de noviembre, el consumo acumulado se situaba en sólo 10,2 millones de toneladas, un 20% menos que en el mismo período del año anterior. España consume hoy 45 millones de toneladas de cemento menos que en 2007, lo que supone una caída del 80% desde el inicio de la crisis.
Además, Oficemen considera que esta tendencia bajista se mantendrá también durante 2014, con un nuevo descenso entre el 7 y el 8%. Esta previsión situaría la demanda doméstica en torno a 10 millones de toneladas y el consumo per cápita en sólo 220 kilogramos por habitante, cifra similar a la del año 1962. Mientras, Marruecos, por ejemplo, alcanzó en 2012 un consumo per cápita de 526 kilogramos.
"El sector no empezará a salir de la crisis, previsiblemente, hasta el año 2015 y sólo si vuelve a fluir el crédito y se reactivan otras variables como el empleo, el consumo y la vivienda. Y con ellas la recuperación de la inversión pública, imprescindible en España para no perder el tren de nuestros vecinos europeos", explica el presidente de Oficemen, Isidoro Miranda.
EL COSTE ELÉCTRICO FRENA LAS EXPORTACIONES DE CEMENTO
La incertidumbre generada por la reforma energética está frenando el crecimiento de las exportaciones que se viene produciendo desde 2007. Así, mientras que en el primer semestre de 2013 las exportaciones de cemento aumentaron a una tasa media del 34%, en los tres últimos meses se ha producido una caída del 3,5% respecto al mismo periodo del año anterior.
Actualmente España representa el 18% de las exportaciones de cemento de la UE, lo que convierte al sector cementero español en el primer exportador de cemento de la UE, por delante de Alemania (14,4%). Además, nuestro país representa el 25% del total de las exportaciones de la UE con destino a países no comunitarios.
Sin embargo, el precio final de la electricidad en España es uno de los más caros de Europa según ha reconocido el Ministerio de Industria, lo que está frenando la capacidad exportadora del sector cementero español. La industria cementera teme que esta situación empeore el próximo año, dados los términos establecidos por la reforma eléctrica.
"La electricidad se está convirtiendo en España en un lujo al alcance de pocos industriales y, si no se toman medidas urgentes, pronto no estará al alcance de ninguno", señala Isidoro Miranda. "Sabemos que nuestra industria es tan eficiente como la de otros países de nuestro entorno, e incluso más como demuestran nuestras exportaciones, por ello solicitamos el apoyo institucional que merecemos. No podremos subsistir sin las exportaciones, son nuestra salvación mientras se recupera el mercado doméstico. Necesitamos tener un coste eléctrico competitivo para continuar con nuestra actividad y mantener el empleo", añade Miranda.