Hipogesha formalizado la venta de más de 1.700 wips —estructuras de obra inacabadas— y suelos durante los últimos tres años y medio, por un importe superior a 35 millones de euros. El creciente interés de promotores e inversores por este tipo de activos se enmarca en un contexto de aumento de los costes de construcción y escasez de oferta de vivienda y suelo residencial en los principales mercados.
Este segmento ha pasado de ser percibido como un remanente de crisis pasadas a consolidarse como una vía para aumentar el parque residencial. La tendencia, iniciada a finales de 2019 y acelerada durante la pandemia, se ha traducido en la transformación de estructuras abandonadas en espacios habitables que contribuyen a mejorar el entorno urbano.
Del total de operaciones realizadas por Hipoges, el 62,7% corresponde a activos residenciales, tanto viviendas adosadas y en bloque como parcelas edificables. El resto incluye plazas de garaje, trasteros, naves, fincas y locales comerciales. Territorialmente, la actividad se ha concentrado en Comunidad Valenciana, Andalucía, Cataluña y Baleares, con Alicante (25 %), Huelva (12 %), Lérida (7 %), Murcia (7 %) y Castellón (6 %) como principales focos.
Estos activos permiten reducir costes fijos al aprovechar la parte ya ejecutada y agilizan su puesta en el mercado respecto a una promoción convencional, lo que incrementa su atractivo para distintos perfiles de compradores. Según datos del sector, la rentabilidad de estas operaciones oscila entre el 15% y el 20%, por encima de la media del mercado. En consecuencia, el perfil de los adquirentes se ha diversificado: además de los grandes promotores, también participan inversores particulares y familias.
En los últimos cuatro años, las ventas gestionadas por Hipoges han permitido finalizar cerca de 1.100 viviendas. Además, a mediados de este año la compañía ha sacado al mercado más de 440 nuevos wips y suelos distribuidos por toda España, con un valor agregado superior a nueve millones de euros.