El fondo luxemburgués Eurostone, gestionado por el grupo catalán Mina Inmobiliaria, ha adquirido dos edificios residenciales en Barcelona a AXA Investment Managers Real Assets, dentro del proceso de desinversión que la aseguradora lleva a cabo en España. La operación ha contado con el asesoramiento de TC Gabinete Inmobiliario.
Los activos adquiridos son Girona 181, situado en el distrito del Eixample, y Sagrera 106, en La Sagrera. Ambos suman una superficie conjunta de 2.493 m2, distribuidos en 27 viviendas y cuatro locales comerciales, y se encuentran parcialmente arrendados en zonas consolidadas de la capital catalana.
Con esta transacción, Eurostone amplía su presencia en el segmento residencial urbano, donde ha centrado su actividad en la compra y rehabilitación de edificios en zonas céntricas de Madrid y Barcelona. El fondo forma parte de Mina Inmobiliaria, dirigida por Xavier González Dolz y Fernando Conde, antiguos directivos de Restaura. En la actualidad, el grupo gestiona más de 400 millones de euros en activos y ha completado alrededor de 50 operaciones valoradas en cerca de 1.000 millones de euros.
Por su parte, la venta de los inmuebles forma parte de la estrategia de optimización de cartera de AXA, que inició a comienzos de este año un proceso de desinversión estructurado. La cartera original, adquirida en 2017 a Goldman Sachs y B Capital por 170 millones de euros, incluía 28 edificios residenciales repartidos entre Madrid, Barcelona y Valladolid, con una superficie total de 65.000 m2 y 850 unidades en régimen de alta ocupación.
En los últimos meses, AXA ha vendido otros cinco activos residenciales de esta misma cartera a distintos inversores institucionales y privados —dos en Madrid, uno en Valladolid y dos en Barcelona—, dejando el acuerdo con Eurostone como una de las últimas operaciones dentro de esta fase de desinversión.
Con esta adquisición, el fondo gestionado por Mina Inmobiliaria continúa su estrategia de inversión en edificios con potencial de rehabilitación, en un contexto en el que el mercado urbano de Barcelona mantiene el interés del capital institucional a pesar del entorno regulatorio más exigente.