Más de 10.000 millones de euros se pueden destinar a rehabilitación energética

Más de 10.000 millones de euros se pueden destinar a  rehabilitación energética
Javier García Breva Experto en políticas energéticas y presidente de N2E www.tendenciasenergia.es Rehabilitar es dotar de nuevas capacidades y nuevas aptitudes que determinen la calificación de un edificio. La rehabilitación es un concepto más profundo que la reforma o renovación de un edificio. Un plan de rehabilitación no puede ser únicamente un instrumento para la reactivación del sector de la construcción sino un instrumento para gestionar, de la forma más innovadora y eficiente, los recursos que afectan a los costes de explotación de los edificios y el principal de ellos, la demanda energética. Según los datos aportados por La Oficina de Javier García Breva más de 10.000 millones de euros de los fondos europeos se podrían dedicar a la rehabilitación energética de edificios en los próximos años. El Acuerdo de Asociación España-UE comprende los fondos estructurales y de inversión destinados a España por 36.900 millones de euros en siete años siendo la prioridad reducir el consumo de energía en edificios y empresas. Esta es la principal conclusión del nuevo Cuaderno IPM "Estrategias para financiar la rehabilitación de edificios" que realiza un diagnóstico de los elementos a tener en cuenta en el desarrollo de estrategias de financiación que conviertan toda la potencialidad del ahorro energético en la edificación en una realidad y en proyectos accesibles a los distintos segmentos de consumidores. La rehabilitación energética es una ventaja competitiva ya que el ahorro de energía protege a los consumidores de la volatilidad de los precios energéticos, de la incertidumbre asociada a la dependencia de los combustibles fósiles y la contaminación ambiental, y, lo más importante, representa una revaloración de los edificios durante toda su vida útil. Por otra parte, la tendencia global camina hacia una transición energética dominada por una participación directa del consumidor en la generación y la gestión de la demanda ante la urgencia de eliminar la dependencia energética a través del autoabastecimiento de energía con recursos propios y sin emisiones contaminantes. Es necesaria una coordinación de las actuaciones para hacer compatibles las de más rápido retorno con aquellas que tienen una recuperación más lenta para obtener el máximo ahorro posible. Para conseguirlo será necesario contar con el balance de CO2, las fuentes renovables y los sistemas inteligentes. En La Oficina de JGB, hemos analizado en anteriores informes IPM las oportunidades de negocio, la rentabilidad del ahorro de energía, su función en cualquier plan de reindustrialización y las razones para invertir en eficiencia energética. A pesar de que España ha retrocedido en su atractivo para las inversiones en energías renovables y perdido su liderazgo debido al riesgo regulatorio y al marcado apoyo de la reforma energética a los hidrocarburos, aún posee una industria nacional y una tecnología propia en el sector renovable que representa un tercio del sistema energético y que ha demostrado cómo su mayor participación en el sistema reduce los precios en el mercado mayorista de la energía y es el mejor instrumento para reducir las importaciones energéticas y las emisiones de CO2.
CUANTIFICAR LOS BENEFICIOS DE LA REHABILITACIÓN COMO PRIORIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN
Recientes informes internacionales y de la Comisión Europea coinciden en la necesidad de cuantificar los beneficios económicos de la rehabilitación por parte de las Administraciones Públicas, que deben establecer objetivos a corto, medio y largo plazo. En este sentido, la CE ha recomendado una tasa de rehabilitación mínima del 2% anual de todo el parque y para los edificios públicos la Directiva de eficiencia energética obliga a rehabilitar el 3% duplicándose la inversión en eficiencia energética hasta alcanzar los 80.000 millones de euros en 2023. Los escenarios más prudentes plantean objetivos anuales entre 300.000 y 500.000 viviendas rehabilitadas. La conclusión es obvia la seguridad de las inversiones precisa de una planificación vinculante de objetivos.
APLICAR LOS INSTRUMENTOS FINANCIEROS DE LA DIRECTIVA DE EFICIENCIA ENERGÉTICA
Un sistema de obligaciones a través del ahorro del 1,5% de las ventas anuales de energía, medidas alternativas (impuestos al CO2, incentivos fiscales, estándares de eficiencia e instrumentos financieros), la colaboración público- privada con las entidades financieras y la creación del Fondo Nacional de Eficiencia Energética son los mecanismos de financiación previstos en la Directiva que deben implantarse en cumplimiento de las normas europeas, sin que impliquen costes a los consumidores. El Acuerdo de Asociación España-UE comprende los fondos estructurales y de inversión destinados a España por un importe de 36.900 millones de euros para los próximos siete años. Con la prioridad de reducir el consumo de energía en edificios y empresas, el 22% se dedicará a la lucha contra el cambio climático. Como consecuencia, los programas destinados a una economía baja en carbono y eficiencia de los recursos suman más de 10.400 millones de euros. El 5% del FEDER se invertirá en acciones de desarrollo urbano sostenible integrado.
DESARROLLO DE NORMAS Y FISCALIDAD A NIVEL REGIONAL Y LOCAL
El enfoque de los fondos europeos es ascendente, es decir, de lo local a lo regional y a lo nacional. Permite aprovechar el potencial energético local mediante instrumentos de política regional y municipal como las ordenanzas de edificación, planes de ordenación territorial, fiscalidad, simplificación administrativa, créditos blandos y garantías para las comunidades de propietarios. El desarrollo de la Ley 8/2013 y de las directivas europeas por las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos son herramientas poderosas al concentrar las competencias sobre el medio urbano. En definitiva, la caída del precio del petróleo no debe hacernos olvidar el problema de la dependencia energética. Responder con más consumo de combustibles fósiles en edificios y transporte es abonarse a una futura crisis cuando los precios vuelvan a subir. Los bajos precios del crudo deberían ser el incentivo para recuperar la inversión en nuestra economía a través de estímulos a la demanda de rehabilitación energética de viviendas, edificios y ciudades. Esta sería la mejor respuesta para reactivar el empleo, el consumo y garantizar la seguridad energética del país. Nº 72 - Enero -Febrero  2015