- Según ASVAL, los impagos de alquileres han aumentado del 5% al 15% desde el inicio de la pandemia
- Solo un 3% de los inquilinos en situación de vulnerabilidad ha mostrado interés por solicitar la moratoria de alquiler
El frenazo de la economía, como consecuencia del estado de alarma y la situación de vulnerabilidad económica y laboral, ha triplicado los impagos del alquiler, ya que el incremento de la morosidad se ha incrementado del 5% al 15%, según ASVAL, la Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler.
El Gobierno aprobó el 11 de abril una orden ministerial que regula las ayudas al alquiler destinadas a los inquilinos afectados por la crisis del coronavirus. Los arrendatarios en situación de vulnerabilidad con derecho a estos préstamos percibirán hasta 5.400 euros (900 euros al mes) en forma de microcrédito avalado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) a pagar en seis años, ampliables a 10. Aunque ASVAL considera que estas medidas son una buena iniciativa para hacer frente a la situación actual, muchos inquilinos están renunciando a solicitar los avales del ICO al alquiler, puesto que no quieren incrementar sus niveles de endeudamiento en una situación de reducción de ingresos por la pérdida de sus empleos.
Según ASVAL, tampoco están funcionando otro tipo de medidas que afectan únicamente a los tenedores profesionales o particulares que cuenten con más de 10 viviendas. Solo un 3% de los inquilinos de los asociados profesionales de ASVAL ha mostrado interés por acogerse a la moratoria del pago de sus alquileres, lo que demuestra que muchas familias con dificultades económicas optan inicialmente por dejar de pagar sus alquileres antes que aplazar el pago o fraccionar la deuda.
En este sentido, Beatriz Toribio, directora general de ASVAL, asegura que “actualmente existe una resistencia a solicitar créditos para pagar el alquiler” y que, en el caso de inquilinos de los colectivos más vulnerables “no quieren endeudarse aún más en un momento en el que han visto cómo sus ingresos se han reducido notablemente al entrar en un ERTE o perder su empleo”.
Ayudas directas al arrendador
Por ello, la asociación propone “que los esfuerzos se centren en establecer un programa de ayudas directas a los arrendadores que no supongan un endeudamiento para los inquilinos, ya que así estos podrían acogerse más fácilmente a fraccionamientos o aplazamientos de la renta, lo que reduciría de forma importante la morosidad. Con ello se evitaría de forma notable la litigiosidad y redundaría en el mantenimiento de la oferta de vivienda en alquiler”.
Por otro lado, ASVAL considera que la demanda supera a la oferta en el nuevo programa de ayudas directas gestionadas por las Comunidades Autónomas para contribuir a minimizar el impacto del Covid-19 en los alquileres de vivienda habitual. ASVAL estima que las familias que necesitarán de este tipo de ayudas a medida que la crisis vaya avanzando podrían llegar a alcanzar los 250.000 hogares.
Aumento de las viviendas en alquiler
ASVAL insta también al Gobierno a que acelere urgentemente las medidas necesarias para incrementar la oferta de vivienda en alquiler.
En este sentido, resalta que la gestión de la crisis provocada por el COVID-19 no debe frenar el incremento sustancial de la oferta de vivienda en alquiler, como ha resaltado el Banco de España en un informe reciente. “La agudeza de la dura situación actual no debe impedir que se tomen las medidas adecuadas para resolver el fondo del problema: la oferta de vivienda en alquiler, especialmente a precio asequible. Durante la crisis, hay que sentar las bases para acabar con los problemas estructurales de la economía española y atraer inversión local e internacional que incremente dicha oferta”, añade Toribio.
ASVAL aboga por una mayor intervención pública para atender las necesidades de la población en materia de alquiler, con más ayudas directas destinadas a las familias que no pueden pagar su alquiler.