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Culmia: una apuesta humana en el sector inmobiliario

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Culmia: una apuesta humana en el sector inmobiliario
Almudena Corbella, directora de Personas y Organización de Culmia

El sector inmobiliario español avanza hacia una nueva etapa en la que el bienestar de las personas empieza a tener un peso real en las estrategias empresariales. La transformación cultural, la apuesta por modelos de trabajo más humanos y la evolución hacia estilos de liderazgo más cercanos se han convertido en factores clave en un mercado cada vez más competitivo. En este contexto, Culmia ha obtenido recientemente la certificación Great Place to Work, un reconocimiento que acredita la calidad del entorno laboral y que destaca a la promotora como una organización capaz de generar confianza, compromiso y orgullo de pertenencia entre sus profesionales.

La certificación, una de las más prestigiosas a nivel internacional, no se concede por percepciones internas, sino tras un diagnóstico independiente y exhaustivo del clima organizacional. El proceso se basa principalmente en la encuesta Trust Index, que recoge de forma confidencial la opinión de las personas que integran la compañía. En el caso de Culmia, el dato más llamativo es el nivel de participación: un 90% de la plantilla respondió al cuestionario, por encima no solo de la media nacional de las empresas certificadas (83%), sino también de los registros habituales en el sector. Este nivel de implicación ya supone un indicador del alto grado de transparencia y confianza interna, así como del compromiso y el vínculo emocional de las personas con la compañía.

El equipo de Culmia celebra el reconocimiento Great Place to Work.
El equipo de Culmia celebra el reconocimiento Great Place to Work.

Los resultados obtenidos dibujan una cultura corporativa en la que las relaciones entre compañeros y el ambiente de trabajo ocupan un lugar central en Culmia. La dimensión mejor valorada por los profesionales es precisamente la relación entre iguales, una fortaleza que se empieza a construir desde el mismo onboarding y que se consolida en una cultura de celebración muy arraigada. Un clima positivo que favorece dinámicas de colaboración, confianza y apoyo mutuo que refuerzan el sentido de pertenencia. Este vínculo emocional con el trabajo desemboca en un fenómeno especialmente valioso para cualquier organización: la creación natural de embajadores de marca, personas que no solo se sienten bien en su puesto, sino que proyectan ese sentimiento fuera.

Entre los elementos que explican estas percepciones destaca el estilo de liderazgo de la compañía. Los managers reciben puntuaciones muy elevadas en honestidad (95%) y competencia (91%), situándose incluso por encima de las cifras que presentan las Best Places to Work. La accesibilidad, la ética y la cercanía aparecen como rasgos comunes en un modelo de dirección que favorece la escucha activa, la comunicación fluida y una relación manager–empleado que promueve la confianza. Este enfoque también impulsa la autonomía, otro de los aspectos mejor valorados por la plantilla, con una puntuación del 85%, y que resulta fundamental para el desarrollo profesional y la capacidad de innovación.

Oficina de culmia en madrid.
Oficina de culmia en madrid.

Otro aspecto relevante en el diagnóstico es el equilibrio y la diversidad interna. En Culmia, el 50% de la plantilla está formada por mujeres, y ellas representan el 43% del equipo directivo. En un sector tradicional como es el inmobiliario, estos datos reflejan un avance real hacia estructuras más representativas y plurales, con impacto directo en la toma de decisiones y en la cultura corporativa.

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Las valoraciones cualitativas de los profesionales completan la fotografía: destacan el buen ambiente entre compañeros, el respeto mutuo, la confianza y la posibilidad de comunicarse con los responsables de forma abierta, así como la flexibilidad horaria para atender necesidades personales. Son percepciones que a menudo no aparecen en los planes estratégicos, pero que determinan el día a día y la fidelidad al proyecto.

El reconocimiento de Great Place to Work llega en un momento en el que el sector inmobiliario está redefiniendo su relación con el talento. La capacidad de atraer y retener profesionales ya no depende únicamente del proyecto de negocio, sino de la experiencia que ofrece la empresa, de la coherencia entre sus valores y sus prácticas y de su habilidad para generar una cultura de confianza. En este escenario, el caso de Culmia representa una muestra de cómo la apuesta por las personas puede convertirse en un motor de transformación y en un elemento que marca diferencias en un mercado en plena evolución, dejando claro que las compañías que sitúan a las personas en el centro, además de mejorar su clima laboral, fortalecerán su propuesta de valor y su competitividad.

La certificación no es un punto final, sino un impulso para seguir avanzando en un modelo de compañía que entiende que los proyectos inmobiliarios se construyen con mucho más que ladrillos: también con talento, compromiso y una cultura que fomenta el orgullo colectivo. Culmia forma ya parte de ese grupo de organizaciones que trabajan para que el sector inmobiliario sea también un sector que cuida. Y, a juzgar por los resultados, el camino está bien trazado. El reto ahora es seguir evolucionando, manteniendo y ampliando esos estándares en una etapa en la que las personas serán el verdadero motor del cambio.