Empresas privadas e instituciones públicas trabajan hoy conjuntamente para avanzar en la eficiencia, en la calidad y en la seguridad de las viviendas de todos los rincones de España. Año a año conceptos como la eficiencia energética o la salubridad en las viviendas ha ganado relevancia en el comprador e inversor, y también en aquellas personas que inician un proceso de reforma en su hogar. A estas demandas en los últimos meses se les ha sumado la exigencia de una mayor seguridad frente a incendios. Aquellas promociones inmobiliarias que puedan certificar una mayor seguridad tendrán una mayor relevancia en el mercado.
Esta preocupación existe tras la tragedia sucedida en el edificio Campanar en Valencia en febrero de este año. Si bien es cierto que tanto la fachada como las paredes interiores del edificio de Campanar cumplían la normativa que había en el momento del visado del proyecto, antes de 2006. Con la normativa que tenemos a día de hoy, la fachada del edificio no cumpliría, sin embargo, el problema es que las paredes separadoras y tabiques sí cumplirían la normativa actual, lo cual también es preocupante observando la poca resistencia al fuego que demostraron.
‘Reflexiones tras el incendio de Valencia para mejorar la seguridad de nuestros edificios’
Para analizar la situación actual y las preocupaciones que muestra el sector de la edificación y cuerpos de seguridad, Hispalyt, Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida, ha reunido en Málaga a representantes de empresas constructoras, arquitectos y bomberos para discutir las mejoras en la seguridad de edificios, abordando la importancia del uso de materiales no combustibles y la necesidad de ensayos a gran escala.
El objetivo del sector de la edificación es ofrecer soluciones que mejoren la seguridad de los edificios y sus usuarios, que eviten que este tipo de sucesos vuelvan a repetirse. Tanto desde el punto de vista personal, principalmente por las pérdidas de vidas, pero también teniendo en cuenta las pérdidas económicas que estos desastres generan a las familias afectadas y su entorno. En el caso de Campanar, la Generalitat de la Comunitat Valenciana ha diseñado un programa de ayudas a los afectados con una inversión de 4 millones de euros.
El consenso sobre la promoción de materiales que resistan ante el fuego es una de las claves para resolver este problema. Por su parte, Germán Pérez Zavala, oficial técnico del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, ponente en el evento afirmó que “necesitamos que los edificios sean cada día más seguros. Para conseguirlo hay que darle mucha importancia a los ensayos y hacerlos a gran escala. Es la única manera para evaluar con la mayor fidelidad posible la reacción de los materiales y sistemas en una situación real”. Y apuntó que lo ideal, a corto plazo, es que se evalúen los sistema completos, no solo los materiales que lo componen sino cómo interactúan entre ellos. Aquellos que incluyan materiales cerámicos, al tener estos una resistencia de Clase A, obtendrán muy buenos resultados en los ensayos.
En este sentido, Elena Santiago, secretaria general de Hispalyt, analizando imágenes del interior del edificio de Campanar tras el incendio, comentó que, “debemos hacer especial hincapié en el hecho de la desaparición de tabiques y paredes separadoras entre viviendas debido a que en las paredes de cartón-yeso, con las altas temperaturas, el cartón se quema, produciendo que el yeso se deshidrate, cuarteándose y convirtiéndose en escombros. Esto con paredes de materiales como el ladrillo cerámico no ocurriría”.
Y Juan Chica, director de Compras de Sacyr, durante la reflexión expuso que “el ladrillo permanece”, proponiendo un desarrollo de la industrialización de este material, “ya que funciona y ofrece, entre otras prestaciones, seguridad y resistencia”.
La seguridad que ofrecen los edificios con fachadas y paredes interiores de albañilería evita la propagación del fuego en caso de incendio, lo que no ocurre con otro tipo de materiales. Es responsabilidad de todos reclamar un endurecimiento de las normativas exigiendo que sean más restrictivas en cuanto a paredes interiores para garantizar la protección y seguridad de los usuarios de los edificios.
Y a su vez promover entre arquitectos, promotores inmobiliarios y constructoras, el ladrillo cerámico como la solución más completa por su rendimiento acústico, térmico, durabilidad, menor coste, sostenibilidad demostrable con DAPs y certificados, y también por su reacción y resistencia al fuego, ya sea en fachadas o paredes interiores.
3 propuesta de cambios en el Código Técnico de la Edificación (CET) para proyectar edificios más seguros frente a incendios
Desde Hispalyt, y otras asociaciones y entidades, se están demandando cambios en la normativa que regula la protección frente a incendios en los edificios del CTE DB SI para mejorar la seguridad de las personas. Estos serían:
- Aumentar las exigencias en el CTE DB SI para paredes interiores, pidiendo una resistencia al fuego de 120 minutos (EI 120) para paredes separadoras, doblando el EI 60 que se exige ahora, y cierto valor EI para tabiques, ya que actualmente no se les requiere ninguna prestación frente a incendios, estimando que las soluciones constructivas que se queden fuera de esta propuesta son poco seguras.
- Sustituir las exigencias actuales del CTE DB SI para fachadas por las exigencias de la normativa inglesa, que es más restrictiva y que se cambió tras el incendio de la Torre Grenfell en Londres (2017), similar al de Campanar de Valencia.
- Añadir un apartado de ‘control de ejecución’ dentro del CTE DB SI, en el que se incluyan que deben cumplirse las condiciones de montaje recogidas en el RD 842/2013 para conseguir los valores de reacción al fuego de algunos sistemas constructivos. Y también deberían recogerse íntegramente las recomendaciones de montaje que los fabricantes de paredes de yeso laminado incluyen en sus catálogos, específicas para conseguir una determinada resistencia al fuego.