La evolución de los hábitos de consumo, el incremento de los costes operativos y el avance de la omnicanalidad están transformando de manera acelerada la relación entre el retail y la logística. Este proceso coincide con un marco normativo que exige mayor eficiencia energética y una adaptación progresiva de los activos a criterios de sostenibilidad. En este contexto se celebró el Desayuno editorial “Retail y logística: unidos por el e-commerce”, organizado por Observatorio Inmobiliario, en el que intervino Angélica Tarrasa, responsable de marketing de segmentos de edificios y Digital Energy Business de Schneider Electric. Su intervención se centró en los retos que plantean la electrificación, la gestión avanzada de las operaciones y la evolución energética de ambos sectores.
Tecnología, eficiencia y nuevas demandas operativas
Tarrasa señaló que, en el ámbito del retail, la omnicanalidad se ha consolidado como la nueva normalidad, lo que introduce tensiones operativas y obliga a los establecimientos a adaptar sus instalaciones para responder a usuarios más exigentes y sensibilizados con la sostenibilidad. Asimismo, el sector logístico afronta incrementos de costes derivados de la complejidad creciente de las cadenas de suministro y de la necesidad de operar con mayor precisión.
La evolución en las preferencias del consumidor también está intensificando la presión sobre los modelos operativos del retail y, de forma indirecta, sobre la logística. Más allá de lo expuesto en el desayuno, los datos disponibles muestran que la sostenibilidad dejó de ser un criterio accesorio para convertirse en una variable relevante en las decisiones de compra. El informe Marcas con Valores 2024 reflejaba que el 46% de los consumidores españoles se identificaba como “consecuente”, orientado hacia hábitos responsables, una proporción que casi duplicaba la registrada en ediciones anteriores. Ese mismo año, otro análisis de Financial Food situaba la sostenibilidad entre los tres principales criterios de compra para el 64% de los consumidores en España.
Las investigaciones realizadas en 2025 mantienen esta misma línea: un estudio desarrollado por la Universitat Autònoma de Barcelona concluye que la sostenibilidad se ha consolidado como un factor determinante en las preferencias del consumidor en entornos urbanos. Esta tendencia continúa fortaleciéndose, lo que obliga tanto a retailers como a operadores logísticos a avanzar en soluciones más eficientes, electrificadas y digitalizadas para responder a una demanda cada vez más exigente.
En este escenario, Tarrasa explicó que Schneider Electric desarrolla soluciones digitales orientadas a optimizar la gestión energética, mejorar el funcionamiento de las instalaciones y facilitar modelos centrados en la experiencia del usuario y en la sostenibilidad. Estas soluciones incluyen plataformas de monitorización y control, herramientas de mantenimiento predictivo y sistemas conectados que permiten identificar ineficiencias, reducir picos de demanda y mejorar la disponibilidad de los activos tanto en centros comerciales como en plataformas logísticas.
La compañía trabaja con arquitecturas abiertas y escalables que facilitan la integración de nuevas tecnologías sin interrumpir la actividad. Estas herramientas permiten que los operadores adapten progresivamente sus infraestructuras a nuevas exigencias de capacidad y automatización, ajustando sus modelos a ciclos de actividad más intensos y variables. La capacidad para analizar datos en tiempo real, según destacó Tarrasa, se convierte así en un recurso esencial para anticipar necesidades y personalizar la operativa, tanto en el servicio al cliente como en la gestión interna.
Uno de los retos destacados en el encuentro fue el impacto de la última milla, especialmente relevante para la logística urbana. Tarrasa subrayó que la electrificación progresiva de las ciudades obliga a explorar sistemas capaces de operar con autonomía en entornos donde la redistribución eléctrica presenta limitaciones. Según detalló, Schneider Electric apuesta por modelos autosuficientes “a modo isla” cuando es necesario, integrados con herramientas de gestión automatizada. Estas infraestructuras se apoyan en soluciones de autoconsumo, almacenamiento energético y generación distribuida, tecnologías que la compañía desarrolla de forma activa para mejorar la resiliencia en entornos intensivos en energía.
Tarrasa añadió que estas soluciones ya son técnicamente viables, pero requieren estudios de retorno y viabilidad, dado que su implantación implica inversiones que deben contemplar la infraestructura completa. La digitalización permite complementar estos modelos mediante sistemas de control que ajustan la operación a la disponibilidad de recursos, estabilizan la red interna y reducen la dependencia de la infraestructura exterior.
Limitaciones energéticas en un entorno urbano electrificado
El avance de la electrificación en las ciudades se produce en un contexto donde la capacidad disponible de la red eléctrica muestra signos de tensión. Según los mapas de capacidad elaborados por Aelēc en 2025, el 83,4% de los nudos de distribución en España se encuentran saturados, lo que limita la conexión de nuevas demandas sin actuaciones previas de refuerzo. Esta situación afecta de forma transversal a actividades urbanas intensivas en energía, incluidas aquellas vinculadas al comercio y la logística, que requieren disponer de potencias elevadas para garantizar la operativa de sus instalaciones.
El incremento general de la demanda eléctrica añade presión adicional al sistema. Un análisis de EY publicado en 2025 estima que la demanda eléctrica nacional podría aumentar hasta un 105% en los próximos años debido a la descarbonización industrial, la electrificación de flotas y la incorporación de nuevos usos intensivos en energía. Los datos de Red Eléctrica de España confirman esta tendencia: en 2024, la demanda peninsular alcanzó 248.811 GWh, un 0,9% más que el año anterior. Para gestionar picos de consumo y reforzar la estabilidad del sistema, REE ha anunciado la incorporación de más de 1.700 MW mediante mecanismos de respuesta activa de la demanda, una medida que ilustra la necesidad de anticipar soluciones energéticas más flexibles en los entornos urbanos.
Descarbonización y transformación de los activos
La aceleración tecnológica constituye un punto de encuentro para retail y logística, ya que permite analizar datos en tiempo real, personalizar la experiencia del usuario y optimizar el uso de los recursos. Además, la Directiva de Eficiencia Energética establece que todos los edificios nuevos deberán ser de cero emisiones a partir de 2030, lo que está impulsando la modernización del parque inmobiliario.
En este escenario, Tarrasa identificó “la descarbonización de la cadena de suministro” como uno de los principales desafíos, un proceso que, en su opinión, requiere una transformación energética, cultural y social que afecta tanto a operadores logísticos como a retailers, así como a propietarios y usuarios finales. Desde la perspectiva de Schneider Electric, esta transformación implica adoptar soluciones que integren energía renovable, optimización del ciclo de vida de los sistemas eléctricos y estrategias que acompañen la operativa del activo.
La compañía sostiene que la digitalización es un elemento clave para avanzar en este proceso, ya que permite medir consumos, detectar desviaciones y establecer indicadores precisos. Las plataformas de gestión energética y los sistemas de supervisión contribuyen a desarrollar modelos operativos alineados con los objetivos normativos y corporativos del sector.