España es un destino turístico de primer orden, y muchos de los extranjeros que nos visitan acaban comprando una segunda residencia en alguna provincia costera. Tanto es así que las compraventas de extranjeros se dispararon un 45% en 2022, hasta las 88.800 transacciones, según datos del Colegio de Registradores. Las cifras de 2023 son optimistas, teniendo en cuenta que desde este mismo organismo cifran 23.380 las operaciones de extranjeros durante el primer trimestre del año.
A pesar de las subidas de tipos de interés, este optimismo se debe fundamentalmente a aspectos relevantes como el atractivo de nuestro país y nuestra la calidad de vida, la rentabilidad y el hecho de que nuestro mercado sea un valor refugio y estable para las inversiones, los beneficios fiscales como la `Golden Visa´ en las inversiones que superan el medio millón de euros o la apertura de nuevas vías de comunicación. De hecho, un estudio de la plataforma MoverDB.com señala que las propiedades españolas son las más buscadas internacionalmente.
Si bien muchos de estos compradores no residentes acceden a una vivienda con ahorro propio, una de las soluciones más demandadas son las hipotecas para no residentes, préstamos que las entidades conceden a personas con domicilio fiscal en otro país.
Tal y como expone Dylan Leworthy, director regional de Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), entidad especialista en financiación sostenible de la vivienda: “Aunque depende mucho del país de origen, es habitual que los no residentes soliciten un préstamo en España”. La razón que esgrime el portavoz de UCI es que “las entidades del país de origen tendrían difícil ejecutar el impago, por lo que no suelen estar abiertas a este tipo de operaciones”.
En España es posible encontrar estas hipotecas en la mayoría de las entidades financieras salvo por “aspectos como provenir de un país que es considerado un paraíso fiscal, en el que hay mucha inestabilidad económica o un conflicto armado, pues son considerados de alto riesgo para el banco, que protegerá sus intereses”, asegura Leworthy.
Nuevo perfil del hipotecado no residente
Desde UCI también apuntan a cambios en la demanda de estos compradores. Si bien las nacionalidades de origen son variadas y el peso de los compradores británicos, alemanes y franceses o belgas sigue a la cabeza, los compradores de origen estadounidense han irrumpido con fuerza a lo largo de este año.
Además, también se perciben cambios en el perfil de los compradores ya que, aunque el retrato robot más habitual siempre ha sido de una persona de 50 y 60 años, casada y con hijos, alto nivel de estudios y unos ingresos anuales superiores a 60.000 euros, se abren paso los compradores más jóvenes que practican el “working anywhere”.
El responsable de UCI apunta que: “Después de la pandemia estamos viendo muchos compradores de edades más tempranas aprovechando que pueden trabajar a distancia, y de esta forma no tienen que esperar hasta su jubilación para cumplir su sueño de pasar largas temporadas en las costas españolas”.
En cuanto a las características de las hipotecas para no residentes, el responsable de UCI señala que “el porcentaje de financiación máximo no suele superar el 70% del valor de tasación o compraventa de la vivienda, además de ofrecer un plazo de amortización en torno a 30 años, aunque hay excepciones”.
Además de exigir un alto nivel de ahorro, “los tipos de interés de las hipotecas para no residentes son siempre más altos que en el caso de los extranjeros que si residen en el país”, revela Leworthy, que recomienda “comparar las ofertas hipotecarias y estudiarlas al detalle, prestando especial atención a los productos vinculados, que pueden aumentar mucho el TAE”.