Se espera que, cuando se recupere la actividad cesada por la pandemia, los precios vuelvan a crecer, aunque de forma más moderada
Los costes de construcción en edificación residencial se contuvieron un 3,8% en 2020, un descenso que contrasta con el aumento del año anterior, cuando los precios subieron un 5,2%. Así lo recoge Construcciones ACR en su Índice de Costes Directos de Construcción, en el que se expone que esta caída se debe principalmente a la actual crisis socioeconómica que ha desatado la pandemia de la COVID-19.
“Estas cifras deben tomarse con gran cautela y responsabilidad, porque están muy influidas por la crisis sanitaria y no está claro que se vayan a mantener en el tiempo”, ha señalado Guillermo Jiménez, director general de la compañía. Algunos oficios han bajado sus precios ante el descenso de proyectos en otros segmentos de mercado y la previsible caída de nuevos proyectos residenciales para la venta.
Sin embargo, cuando la situación mejore y se recuperen los niveles de producción, es posible que los precios retomen la senda de crecimiento que se mantenía desde 2015, aunque quizá de forma más moderada, según se desprende del informe. “En este contexto, las constructoras que hayan tensionado sus márgenes en exceso a la hora de contratar, estimando bajadas de precios que finalmente no se mantengan en el tiempo, podrían encontrarse en dificultades”, ha subrayado el directivo.
Aunque las perspectivas macroeconómicas no son las mejores y parece dilatarse el final de la actual situación, el sector inmobiliario continúa dinámico, pero cauteloso. De esta manera, se alargan los procesos de contratación, pero los proyectos no se cancelan.
“En ACR somos moderadamente optimistas”, ha afirmado Jiménez, quien ha añadido que “detectamos demanda de vivienda, interés entre los inversores y promotores dispuestos a iniciar proyectos. Además, cada vez más actores comienzan a explorar nuevas vías de negocio, como el build to rent, y nuevas formas de trabajar, como la construcción colaborativa, avanzando en materia de industrialización”.
El posible descenso de producción ligada a ventas de vivienda se podría compensar con la construcción de vivienda en alquiler, lo que haría que los precios retomen la senda prevista.
Tampoco se puede perder de vista el problema estructural de escasez de mano de obra, que ha sido la principal causa de la constante evolución al alza de los costes de construcción en los últimos años. Este condicionante producirá de nuevo el desequilibrio entre la demanda para realizar nuevos proyectos y la escasez de mano de obra para atenderla.
Con la caída del 3,8% en 2020, el Índice de Precios Pagados (IPP) se colocó en 128,51 puntos, retrocediendo al mismo nivel que el segundo trimestre de 2019. Pese a ello, las partidas todavía se encuentran muy por encima de los niveles registrados en 2018 y principios de 2019.
Bajan los precios en seis de las 11 partidas
Los datos reflejan un comportamiento irregular según la partida analizada. Los descensos están protagonizados por los capítulos que entran primero en obra, principalmente acusando la corrección en el coste de la mano de obra y, en menor medida, por el menor precio de algunos materiales. La excepción es el coste del acero, que se ha incrementado más de un 40% en los últimos meses.
Las bajadas más notables afectan a divisiones interiores (-7,9%), estructura (-7,1%) y cimentaciones (-6,6%). Los precios de movimiento de tierras y vidriería bajaron un 4,5%, mientras que en fachadas descendieron un 1,6%.
En el lado opuesto, cuatro partidas registraron crecimientos de precio, aunque más suaves que en 2019. Así, la partida de pinturas subió un 5,1%, seguida de falsos techos y revestimientos (+3,1%), alicatados y solados (+2%) e impermeabilizaciones y cubiertas (+1,8%). Los costes directos representan alrededor del 85% del coste total de la obra.