Tras una pandemia que originó un cambio drástico para la actividad comercial en Barcelona, parece que este sector cerrará el 2022 con un balance positivo en cuanto a inversión se refiere. El principal factor tras este fenómeno es la bajada de hasta un 30% de las rentas en las zonas turísticas en comparación a antes de la irrupción del coronavirus, según señala la consultora inmobiliaria Laborde Marcet.
Gerard Marcet, socio fundador de Laborde Marcet, afirma que “la reactivación ha costado, pero poco a poco los ejes comerciales se van reocupando por nuevos inquilinos”, y añade, “nos encontramos ante un 80% o 90% de ocupación en comparación a las cifras prepandemia ¿Cuáles son las cifras prepandemia? Un ejemplo de recuperación esalle Ferran, conocida popularmente en los últimos años como “la milla de plomo” por el gran número de locales que estaban vacíos.
Pese a encontrarnos ante un momento complicado a nivel geopolítico por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, la inflación y la subida de los tipos de interés, desde Laborde Marcet aseguran que el retail está volviendo a una situación de normalidad.
Marcet explica que “estas circunstancias se han traducido en una bajada de precios de los locales para ser más competitivos respecto a un inversor sin riesgo”. Así, muchos operadores han apostado por primeras líneas comerciales como son Rambla Catalunya, Gran de Gràcia, calle Santa Anna, Portaferrisa o las Ramblas...
“Los operadores que antes no podían entrar porque estaban compitiendo con multinacionales que pagaban rentas altas, ahora pueden estar presentes en estos ejes comerciales prime, algo que no sucedía desde hace más de dos décadas, aproximadamente”, destaca el experto.
No obstante, la reactivación comercial se recupera por tramos. El auge del e-commerce ha perjudicado, sobre todo, a las segundas y terceras líneas comerciales. “A veces salen oportunidades en estas zonas, pero ahora mismo los inversores no estás interesado en abrir locales comerciales en ellas”, concluyen desde Laborde Marcet.