La demanda de alquiler gana protagonismo a la compra tras la pandemia

La demanda de alquiler gana protagonismo a la compra tras la pandemia
Fotocasa registra un leve descenso de la participación en el mercado inmobiliario por la pandemia.
Las personas que buscan alquilar una vivienda suponen el 50% de la demanda total, frente al 40% que quiere comprar una casa


Durante los últimos meses, la demanda para alquilar una vivienda está ganando protagonismo a la compra y se sitúa a un nivel muy similar al que tenía antes de la pandemia. Así, a principios de 2021, las personas que buscan alquilar una vivienda suponen el 50% de la demanda total, frente al 40% que quiere comprar una casa. El 10% participa tanto en ambos mercados. Esta es la principal conclusión que se desprende del informe “Radiografía del mercado de la vivienda 2020-2021: un año de pandemia”, elaborado por Fotocasa.

De acuerdo con el estudio, en febrero en 2020, justo antes de la COVID-19, el 48% de la gente que buscaba una vivienda era en régimen de alquiler frente al 30% que quería comprarla. “Tras un año de pandemia, las necesidades habitacionales de los ciudadanos han cambiado. Ahora, cada vez más personas buscan viviendas con salida al exterior en forma de terraza o balcón, lo que está provocando un éxodo de las grandes ciudades a la periferia. La flexibilidad que aporta la opción residencial del alquiler facilita la búsqueda lejos de los grandes núcleos urbanos donde, además, el precio de las rentas es más asequible” explica María Matos, directora de estudios y portavoz de Fotocasa.

“El mercado del alquiler es siempre el más volátil con respecto a los cambios externos. De hecho, ya vimos cómo durante los seis primeros meses de pandemia fue el más vulnerable, descendiendo en cuatro puntos porcentuales su interacción. Por ello, que un año después presente niveles incluso superiores a los anteriores del impacto del coronavirus es una muy buena señal de recuperación para el mercado de las rentas”, añade la experta.

Leve descenso de la participación en el mercado inmobiliario por la pandemia

El mercado de la vivienda, como prácticamente cualquier ámbito, también se ha visto alterado por la pandemia. En este sentido, se han percibido movimientos en las preferencias de los demandantes, en la actividad de los profesionales y fluctuaciones en los precios, entre otras variables afectadas. Pero la cifra de particulares que participan en el mercado mantiene un grado de estabilidad muy reseñable dadas las excepcionales circunstancias del último año. Así, el 28% de ellos realizó alguna acción en el mercado inmobiliario, frente al 31% registrado un año antes y supone una ligera mejoría respecto al 27% de agosto de 2020.

La gráfica histórica demuestra que la participación de particulares en el mercado de la vivienda ya se estaba frenando antes de la aparición de la COVID-19 y que, tras el primer impacto fruto lógico del confinamiento de la primavera de 2020, está volviendo a sus niveles más estables e incluso supera las cifras de los años 2017 y 2018.

Se habla de un mercado expectante porque el descenso del porcentaje de participantes viene, sobre todo, provocado por el lado de la oferta. Con respecto a hace un año (febrero de 2020) los particulares que actuaban en el lado de la oferta de vivienda en propiedad —los que han vendido y los que han intentado vender pese a no haberlo conseguido— eran un 5% y ahora son el 4%.

En el alquiler, el descenso de ofertantes —los que han alquilado y los que han intentado alquilar a otros una vivienda de su propiedad— ha sido aún mayor: del 5% en 2020 al 3% en 2021. Esto está provocando en ambos mercados que se intensifiquen los desequilibrios entre oferta y demanda que ya venían percibiéndose desde antes de la aparición de la pandemia.

El precio de la vivienda de segunda mano sumó 38 meses seguidos de incrementos, hasta que a finales de 2019 inició una leve caída que se prolongó durante casi todo 2020. Pero a final de año volvió a aumentos interanuales. En febrero de 2021, los precios estaban un 2,2% más altos que un año antes.

En el mercado de alquiler el movimiento de los precios ha sido más acentuado: empezaron 2020 muy próximos a la estabilidad, pero con la llegada de la COVID-19 y la consiguiente entrada en el mercado de las viviendas vacacionales —con precios superiores a la media— volvieron a impulsarse las subidas, un proceso que no ha empezado a corregirse hasta el último tramo de 2020. Finalmente, en febrero de 2021 los alquileres se situaban un 1,7% más baratos que el mismo mes de 2020.

La propia flexibilidad del mercado de alquiler, las necesidades de los inquilinos de renegociar tras años de subidas, la entrada de nuevos ofertantes con las particularidades de los arrendadores turísticos y vacacionales, los intensos cambios de precio… Todos estos factores explican que sea entre los demandantes de vivienda de alquiler donde se hayan visto los mayores cambios en este año de pandemia. Así, la demanda de alquiler era del 15% justo antes de la pandemia, cayó al 12% en agosto de 2020 y ha vuelto a subir hasta el 14% en febrero de 2021.