El riesgo medioambiental es una amenaza creciente para la rentabilidad inmobiliaria en todo el continente, especialmente las inundaciones
El significado del riesgo en el sector inmobiliario está cambiando. El número de fenómenos meteorológicos extremos aumentó en más del 250% entre 1980 y 2013 a nivel mundial. En este contexto, Simon Wallace, co-head of Real Estate Research & Strategy en DWS, ha elaborado el informe ‘Environmental Risk and Real Estate Research’, donde analiza en qué lugares de Europa el mercado inmobiliario se puede ver más afectado por el cambio climático y los riesgos medioambientales.
En principio, puede parecer que los países del continente más expuestos pueden ser aquellos más cálidos del sur. En este sentido, se podría esperar que estos territorios corran mayor riesgo de sufrir efectos negativos por el calor y el agua a medida que aumenten las temperaturas.
Los valores inmobiliarios, sin embargo, no son particularmente sensibles a estos factores excepto en niveles extremos. Según datos de Measurabl, un software ESG orientado al sector inmobiliario comercial, ninguno de los países del sur de Europa se encuentra en un nivel de riesgo alto o extremo.
Así, el aumento de las temperaturas no tiende a dañar directamente un edificio, sino que disminuye su valor indirectamente al aumentar los costes de funcionamiento del activo y el riesgo de cortes de energía. Por otra parte, se puede reducir el atractivo de una localidad como lugar para vivir y trabajar debido a las temperaturas extremas.
Sectores como los hoteles, donde los costes de funcionamiento son más altos, o la logística, en la que un suministro de energía constante es importante, son segmentos más sensibles al estrés por calor y agua, ya que hay un mayor impacto en los resultados de los operadores.
Sin embargo, el mayor riesgo para el valor de los inmuebles en Europa lo representan las inundaciones debido a la subida del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos. En esta línea, los países con mayor riesgo de inundaciones se encuentran principalmente en el norte de Europa.
Así, el análisis de DWS identificó partes de los Países Bajos, el Reino Unido, Irlanda, Alemania del Norte y Polonia como de alto riesgo, mientras que las ciudades de España son las que menos posibilidades tienen de sufrir fenómenos de este tipo. No obstante, el estudio destaca que, al observar el nivel de activos, hubo muchas excepciones a estas tendencias generales, ya que las inundaciones dependen de las características específicas de la topografía y los patrones climáticos locales.