El consumo de cemento en España ha experimentado un descenso del 2,9% en 2023, alcanzando los 14,5 millones de toneladas. Esta caída se atribuye a un contexto de inestabilidad económica que ha prevalecido en los últimos años, informó la patronal Oficemen.
Durante una rueda de prensa, Alan Svaiter, presidente de Oficemen, ha detallado que el consumo de cemento en diciembre de 2023 fue particularmente bajo, registrando una disminución del 12% en comparación con el mismo mes del año anterior, con solo un millón de toneladas consumidas. Este hecho refuerza la tendencia irregular observada durante todo el año, donde solo en enero, marzo y mayo se registraron aumentos en el consumo.
De acuerdo con Oficemen, el consumo per cápita de cemento en España es de aproximadamente 317 kilogramos por habitante al año, lo que supone un 34% menos que el promedio europeo de 480 kilogramos. Si el consumo español se equiparara con el europeo, alcanzaría unos 20 millones de toneladas, una cifra que la asociación considera más acorde con la economía del país.
El informe de Oficemen destaca que un 44% del consumo de cemento proviene de la obra pública, mientras que el 56% restante se debe a la edificación residencial y no residencial. Los últimos datos de Seopan indican que la licitación en el sector cayó un 1,9% hasta noviembre del año pasado. Aunque el mercado residencial mostró un crecimiento del 2,5%, con 91.620 viviendas visadas, se prevé alcanzar 111.000 unidades al cierre de 2023. Sin embargo, la edificación no residencial experimentó un descenso del 13,4% en el total de metros cuadrados visados hasta septiembre.
2024: "un año de crecimiento cero para el consumo de cemento"
Oficemen anticipa que 2024 será un año de "crecimiento cero" para el consumo de cemento, manteniéndose alrededor de los 14,5 millones de toneladas, lo que significaría el quinto año consecutivo de estancamiento en el consumo, rondando los 15 millones de toneladas.
En otro aspecto, la industria del cemento ha logrado reducir sus emisiones de CO2 en un 44% desde 1990, gracias al incremento en el uso de materias primas con menor carbono y combustibles derivados de residuos. Svaiter ha destacado el desarrollo de nuevos tipos de cementos bajos en carbono, que permiten reducir entre un 20 y un 30% las emisiones de CO2.
Para alcanzar la neutralidad climática del sector para 2050, Svaiter ha subrayado la necesidad de desarrollar tecnologías de captura y almacenamiento de CO2. De esta forna, ha hecho un llamamiento a las administraciones públicas para que proporcionen ayudas más allá de los Pertes y establezcan un marco regulatorio claro, a fin de evitar la deslocalización de la fabricación hacia regiones con normativas ambientales menos estrictas.