Más de la mitad del mercado de oficinas en Europa quedará obsoleto de aquí a siete años. Esta es la gran conclusión obtenida del último informe de Cushman & Wakefield, la cual ha analizado 218 millones de metros cuadrados de oficinas en once de los principales países europeos.
Así, la consultora inmobiliaria señala que "más de las tres cuartas partes de los edificios de oficinas de Europa corren el riesgo de quedar obsoletos a finales de esta década, a menos que los propietarios inviertan en mejoras o encuentren usos alternativos para ellos".
Según el informe, factores como el trabajo híbrido, las nuevas demandas de los ocupantes, la mayor acción legislativa en materia de sostenibilidad por parte de los gobiernos europeos, o la incertidumbre en el contexto económico obligan a acelerar esta modernización de los activos. De esta forma, podrían evitarse las previsiones de Cushman y que el 76% del stock de oficinas europeo no quede obsoleto de cara a 2030.
En el caso de la incorporación del trabajo híbrido, este ha llevado a los ocupantes de oficinas a buscar lugares de trabajo de mayor calidad que cumplan con los últimos estándares ambientales, de bienestar y de conectividad digital.
El valor de los activos de oficinas con certificaciones y desarrollo sostenible
En este sentido, la consultora revela que los activos con los mejores estándares y certificaciones representaron un 54% de la demanda total de oficinas en Europa entre 2019 y 2022, y se espera que esta tendencia se intensifique a medida que la demanda supere la oferta en muchos mercados, sobre todo en Praga, Budapest, Milán, Varsovia, Madrid, Barcelona y Londres. El informe destaca que, en España, donde se han analizado 21 millones de metros cuadrados, el espacio de calidad ha representado un 64% de la absorción total, siendo del 56% en el periodo anterior.
Otro de los grandes factores es la sostenibilidad, que está demostrando ser uno de los impulsores más importantes en Europa, tanto en términos de legislación como de expectativas de los ocupantes. En esta línea, las oficinas por debajo de un cierto nivel de rendimiento energético están bajo amenaza de obsolescencia legal, por lo que se está instando a los propietarios a actuar ahora para mitigar el impacto en sus carteras. En el Reino Unido, por ejemplo, los edificios comerciales deben tener una calificación EPC mínima de E para abril de 2023, aumentando a B para 2030.
La antigüedad del stock de oficinas de Europa y España
Por otro lado, alrededor de la mitad del stock de oficinas existente en Europa tiene más de 30 años y solo el 14% se ha construido o modernizado en los últimos 10 años, lo que requiere que los propietarios actualicen sus activos o se expongan al riesgo de caer a un nivel inferior.
El análisis de Cushman & Wakefield estima que solo alrededor del 24% del stock de oficinas actual, construido en la última década, se adapta al uso de la oficina moderna y tiene una gran demanda; el 62% de stock requiere reposicionamiento para evitar el deterioro; y un 14% son oficinas no actualizadas, ya obsoletas para el mercado. En España, el 53% del stock se construyó antes del año 2000 y solo el 14% se ha construido o reformado en los últimos 10 años.
"Los propietarios que inviertan en sostenibilidad,
servicios y bienestar para sus ocupantes, protegerán
el valor de sus activos a largo plazo y podrán
competir en un mercado cada vez más exigente"
Javier Bernades, director de oficinas de Cushman & Wakfield en España, ha afirmado que “para los propietarios de oficinas, no hacer nada ya no es una opción. Y cuanto antes lo hagan, mejor”. Según Bernades, “los propietarios que inviertan en sostenibilidad, servicios y bienestar para sus ocupantes, protegerán el valor de sus activos a largo plazo y podrán competir en un mercado cada vez más exigente”.
Por último, Bernades sentencia que “es el momento de decidir qué activos pueden adaptarse a esta nueva realidad, y replantearse qué hacer con los que no podrán nunca alcanzar los nuevos estándares”.
Milán, la ciudad europea con el stock de oficinas más antiguo
Según los datos que se desprenden del informe de Cushman & Wakefield, Milán es la capital europea con más edificios de oficinas que superan los 30 años de antigüedad, con una representación del 70% de su stock total de oficinas. A la ciudad italiana le siguen, por encima del umbral del 50% con edificios de oficinas de más de tres décadas, Estocolmo, París, Londres y Ámsterdam.
Por su parte, Madrid y Barcelona se posicionan en la parte baja del ranking. En el caso de la capital madrileña, el stock de oficinas con más de 30 años ronda el 35%, mientras que en la Ciudad Condal ronda el 30%. Unas cifras que se alinean con el stock observado en Berlín y que aventajan a las encontradas en ciudades como Bruselas, Munich o Frankfurt. Aun así, las ciudades españolas aún no superan a las ciudades europeas mejor posicionadas, tales como Varsovia, Praga y Budapest, sin apenas stock de oficinas antiguas.